El Senado de Estados Unidos aprobó el martes el enorme plan de inversión en infraestructuras de Joe Biden de 1,2 billones de dólares, lo que supone una gran victoria para el presidente demócrata, quien tendrá que esperar a la votación final en la cámara baja para cantar victoria.
Tras meses de negociaciones, este paquete descrito por la Casa Blanca como “histórico”, fue aprobado por mayoría simple, con el respaldo de varios republicanos, un hecho inusual en un Congreso polarizado.
Pero su futuro parece más incierto en la Cámara de Representantes, donde surgieron fisuras dentro de la estrecha mayoría demócrata, entre el ala izquierda y los centristas. Es probable que las negociaciones sean duras y que la votación final en el Congreso no llegue hasta el otoño boreal.
Fruto de un inusual compromiso entre demócratas y algunos republicanos, el plan de inversión en infraestructuras prevé 550.000 millones de dólares de nuevo gasto federal en carreteras, puentes, transporte, Internet de banda ancha y cambio climático.