La amplia sala de espera del primer y único espacio de EE.UU. para el consumo controlado de drogas parece un animado salón de un centro social. Decenas de personas miran la televisión o conversan relajadamente antes o después de haber consumido drogas bajo la atenta supervisión de los trabajadores de una de la sedes de OnPoint NYC, que reivindica que ha logrado revertir 898 sobredosis.
OnPoint NYC inauguró en noviembre de 2021 los dos primeros centros de consumo de droga supervisado de Estados Unidos, uno en Harlem y otro en Washington Heights, ambos en el norte del distrito de Manhattan, y sus gestores no ocultan su deseo de que su modelo se replique en otras partes del país.
Desde su lanzamiento se han registrado 3.500 personas que han usado las instalaciones en más de 75.000 ocasiones y se han efectuado casi 900 intervenciones durante una sobredosis, en las que solo en 15 ocasiones se ha necesitado llamar a una ambulancia, asegura un gestor del centro, cuyo director, Sam Rivera, acaba de ser reconocido por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del año.
“Traducido a costos de servicios de emergencias del sistema hospitalario estas sobredosis hubieran supuesto un gasto de entre 30 y 35 millones de dólares”, reivindica a Efe la directora de Programas, Kailin See.