El jueves pasado, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, emitió una declaración de estado de emergencia debido a los desastrosos incendios forestales en Hawaii, particularmente en la isla de Maui, donde se ha registrado una devastación generalizada según informes oficiales. La administradora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Deanne Criswell, comunicó a CNN que numerosos vecindarios en Maui están experimentando una amplia destrucción a causa de los incendios, la mayoría de los cuales aún no están bajo control.
Actualmente, la presencia de la agencia en la región es limitada, lo que dificulta la tarea de localizar a las personas afectadas. Hasta la fecha, se han confirmado 36 víctimas mortales tras un primer recuento oficial, y miles de residentes están siendo evacuados de la isla. Como respuesta, el presidente Biden tomó la decisión de declarar el estado de emergencia debido al extenso desastre en Hawaii y ordenó el despliegue de asistencia federal para complementar los esfuerzos de recuperación a nivel estatal y local en las áreas impactadas por los incendios forestales, los cuales comenzaron el 8 de agosto.
Biden conversó telefónicamente con el gobernador de Hawaii, Josh Green, para expresar sus más sinceras condolencias por las pérdidas humanas y los extensos daños a tierras y propiedades.