La Fiscalía de Estados Unidos anunció la imputación de dos personas por abrir y mantener operativa una comisaría ilegal de policía en el barrio chino de Manhattan (Nueva York) que trabajaba bajo órdenes la Policía Nacional China para hacer seguimiento y acosar a residentes de ese país críticos con las autoridades de Pekín.
Asimismo, la Fiscalía Federal del Distrito Este de Nueva York acusó en otro caso a otros 34 supuestos agentes de policía chinos de dirigir una “campaña masiva” en los medios sociales con el objetivo de “amenazar a disidentes chinos, amplificar las divisiones entre los estadounidenses y minar la confianza” en el proceso democrático.
“En el corazón del bullicioso barrio chino, en el Bajo Manhattan, se escondía un oscuro secreto hasta hace varios meses, un piso entero de un edificio tenía alojada y no declarada una estación de policía de la Policía Nacional China”, dijo el fiscal federal de Distrito Esta de Nueva York, Breon Peace, en una rueda de prensa.
Peace citó que en al menos una ocasión, las fuerzas de seguridad chinas solicitaron a uno de los dos acusados en este caso, arrestados esta mañana, la localización de un activista prodemocrático de ascendencia china que vivía en California.