El número de casos de COVID-19 empezó a aumentar en Estados Unidos a causa de la subvariante de ómicron BA.2. Según las últimas estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) esta variante causó el 86% de los nuevos casos en todo el país la semana pasada.
A pesar de que la BA.2 se ha impuesto casi por completo a las otras dos subvariantes de ómicron en circulación, la BA.1 y la BA 1.1, las hospitalizaciones en Estados Unidos están en niveles mínimos históricos, y siguen bajando. Las muertes también continúan disminuyendo.
Aunque estas cifras tienden a ir a la par del recuento de casos, aún no se ha producido un aumento pronunciado de las infecciones. La probabilidad de que eso ocurra sigue siendo una incógnita.
Incluso el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, no sabe qué hará la BA.2. Como nación, la transmisión tiene que bajar a un nivel “lo suficientemente bajo como para que no perturbe nuestra población o la economía, nuestra vida económica, laboral y social cotidiana, lo que significa que tiene que ser lo suficientemente bajo como para que no sea una amenaza grave para la salud de la nación”, dijo.
“Ciertamente estamos viendo el comienzo de un aumento de nuevas infecciones. Depende de lo alto que subamos en la oleada, y depende de si la oleada se asocia con un aumento de la enfermedad grave”, concluyó.