Escarmentados, los demócratas declararon la guerra a Robert F. Kennedy Jr. por considerarlo un obstáculo en el camino de Joe Biden hacia la reelección.
Según las encuestas, el vástago de la dinastía demócrata con más historia de Estados Unidos, conocido por las siglas RFK Jr, perjudica a Biden más que al candidato republicano Donald Trump. Los demócratas aprendieron a temer a los independientes después de que George W. Bush derrotara a Al Gore en 2000 y Donald Trump a Hillary Clinton en 2016.
“La hiperpolarización es la razón por la que un candidato de un tercer partido con nombre conocido es una amenaza en este momento”, afirma Donald Nieman, politólogo de la Universidad de Binghamton, en el estado de Nueva York.
“Sólo hay seis o siete estados” que realmente pueden inclinarse por uno u otro partido en noviembre y la victoria en algunos casos puede depender de tan sólo 10.000 o 20.000 votos.
“Así que cualquier cosa que desvíe a un grupo de votantes habitualmente fiables podría ser un factor decisivo”, afirma.
La popularidad de Kennedy, de alrededor de 10% en las encuestas, complica la estrategia de la campaña de Biden, que busca convertir la votación de noviembre en una elección entre él y Trump.
Kennedy, un abogado medioambiental, es conocido por su oposición a las vacunas.
El hijo del exfiscal general demócrata “Bobby” Kennedy (asesinado en 1968) afirma haber reunido suficientes apoyos para figurar en las papeletas de seis estados en noviembre. Su objetivo es conseguir un millón de firmas para poder presentarse en los 50 estados del país.