Altos funcionarios estadounidenses viajarán a México este miércoles para buscar más ayuda de sus homólogos para reducir los cruces fronterizos mientras el presidente Joe Biden enfrenta una presión cada vez mayor sobre el manejo de la frontera sur de Estados Unidos.
La inmigración ha sido una vulnerabilidad política para y algunos miembros de su propio partido por la situación en la frontera entre Estados Unidos y México. Este mes, el tema pasó al centro de la agenda de política exterior del presidente, mientras la Casa Blanca presionaba para obtener ayuda para Ucrania e Israel en medio de sus esfuerzos bélicos. La falta de consenso sobre los cambios en la política fronteriza finalmente impidió que Biden consiguiera miles de millones de dólares en fondos para Ucrania, Israel y la frontera antes de fin de año.
Antes de la reunión de estemiércoles, los funcionarios de Seguridad Nacional discutieron una serie de formas en que México puede ayudar a reducir el número de personas en la frontera con Estados Unidos que estarán entre sus peticiones, incluido el traslado de migrantes al sur, el control de los ferrocarriles que utilizan los migrantes para trasladarse al norte y la provisión de incentivos para no viajar a la frontera como visas.
El secretario de Estado, Antony Blinken, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall, asistirán a la reunión, que cierra un año que comenzó con la migración como tema clave.
En enero, Biden se reunió con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en la Ciudad de México para la Cumbre de Líderes de América del Norte, donde, junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, abordaron los flujos migratorios en la región.
Casi un año después –y a pesar de una serie de medidas destinadas a disuadir la migración irregular– el número récord de migrantes que se desplazan por el hemisferio occidental sigue siendo un desafío apremiante para Estados Unidos y México.