El presidente Joe Biden regresa el martes al pueblo de su niñez para tres días de campaña en Pensilvania, aprovechando que Donald Trump tiene que pasar la semana en la ciudad de Nueva York para asistir a un juicio en su contra.
Durante su visita a Scranton, una ciudad de clase trabajadora de unos 75.000 habitantes, el presidente demócrata impulsará su plan de subir los impuestos a los ricos. Al mismo tiempo, retratará a Trump, virtual candidato presidencial republicano y él mismo multimillonario, como títere de intereses de los acaudalados.
La idea es voltear la conversación sobre la economía, un tema que tiene a muchos votantes sintiéndose mal sobre su situación financiera en momentos de persistente inflación a pesar de un bajo desempleo.
Biden planea pasar el martes en la noche en Scranton antes de continuar a Pittsburgh el miércoles en la mañana. Entonces regresará a la Casa Blanca antes de regresar a Pensilvania el jueves, esta vez para ir a Filadelfia.
Para cuando llegue el fin de semana, Biden o la vicepresidenta Kamala Harris habrán visitado Pensilvania ocho veces en lo que va de año, lo que refleja la importancia que el estado tiene para la campaña reeleccionista del mandatario.