En un esfuerzo por ganar el apoyo crucial de los votantes afroamericanos en su camino hacia la reelección, el presidente Joe Biden denunció el “veneno” del supremacismo blanco en Estados Unidos, unas palabras que fueron criticadas por la también aspirante a la Casa Blanca, por parte del Partido Republicano, Nikki Haley.
Desde el púlpito de la Iglesia Madre Emanuel, en Charleston, Carolina del Sur, donde en 2015 nueve feligreses negros perdieron la vida en un tiroteo racista, Biden declaró que dicha ideología no tiene cabida en EEUU, “ni hoy, ni mañana, ni nunca”.
Biden dio un discurso sombrío, destacando la importancia de energizar a los votantes afroamericanos. Sus comentarios siguieron a las críticas directas hacia el expresidente Donald Trump por “glorificar” la violencia política en vísperas del aniversario del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
En la Iglesia Madre Emanuel, Biden afirmó que “la palabra de Dios fue perforada por balas de odio y rabia, impulsadas no solo por pólvora, sino por un veneno que ha atormentado a esta nación durante demasiado tiempo”.
Este “supremacismo blanco”, según él, es la creencia de algunos blancos en su superioridad sobre otras razas. Biden subrayó que es un veneno que ha desgarrado a la nación a lo largo de su historia y que no tiene cabida en Estados Unidos, ni hoy ni nunca.
A pesar de su conocido optimismo, Biden y su campaña están poniendo énfasis en movilizar a los votantes afroamericanos, conscientes de las preocupaciones de los demócratas sobre la posibilidad de perder el apoyo de este grupo crítico en las elecciones.
En un gesto de agradecimiento a los votantes negros de Carolina del Sur, Biden recordó su victoria en las primarias presidenciales demócratas de 2020, respaldado por el representante demócrata Jim Clyburn. Además, aprovechó la ocasión para abordar la situación en Gaza, siendo interrumpido por personas críticas con su firme apoyo a Israel.