Las norteamericanas no tuvieron contemplaciones y vencieron en todos los sets a la selección brasileña.
El Arena Ariake tuvo el partido estelar entre Estados Unidos y Brasil, pero no fue tan reñido como se esperaba. Las estadounidenses vencieron con claridad por 3-0 y se proclamaron campeonas olímpicas con mucha claridad. Las brasileñas aspiraban a un tercer oro Olímpico tras los de Pekín 2008 y Londres 2012, pero han tenido que conformarse con una Plata en Tokio 2020.
Lideradas por su trío estelar, Andrea Drews (15 puntos), Michelle Bartsch-Hackley (14) y la capitana Jordan Larson (12), las estadounidenses fueron superiores en todo momento, tanto en el remate como en la defensa, ante unas brasileñas que solo pudieron igualar fuerzas al comienzo del tercer set. La diferencia de nivel fue, finalmente, muy notoria.
A la cuarta vez fue la vencida y tras tres finales perdidas (frente a la República Popular China en Los Angeles 1984 y ante las propias brasileñas en Pekín 2008 y Londres 2012), el voleibol norteamericano femenino se cobró su revencha y consiguó su primer Oro. Por su parte, las de Brasil se hicieron con una medalla tras su derrota en Río 2016, cuando cayeron en Cuartos de final y terminaron decepcionando en casa.