El español vence en dos sets al francés Barrere y sigue sin fallar este año en sus primeros partidos de los torneos (15-0). Espera rival para octavos: Kukushkin o Evans.
Una de las diferencias entre los buenos jugadores y los muy buenos es que los segundos no suelen fallar en su debut en los torneos. Es el caso de Carlos Alcaraz, que ha superado el estreno en los 15 que ha disputado esta temporada. Un 15-0 en rondas iniciales que aseguró el español con su triunfo por 6-2 y 7-5 en 1h42 ante Gregoire Barrere en la segunda ronda del Masters 1.000 de Shanghái (estaba exento de la primera), un evento que no había disputado hasta ahora.
Después de despachar una actuación aseada, sin alardes, ante un rival, el francés de 29 años y 73º del mundo, de escaso pedigrí, Alcaraz jugará el lunes en octavos ante el ganador del duelo entre el kazajo Mikhail Kukushkin y el británico Daniel Evans, uno de los que fue aplazado a la jornada del domingo por culpa de la lluvia. Como el que tenía que jugar Alejandro Davidovich ante el galo Arthur Fils y que tendrá lugar a las 06:30, hora peninsular.
“Solo tuve un entrenamiento aquí en Shanghái antes del partido y él estaba más acostumbrado a estas condiciones, con más sesiones y un partido a sus espaldas.
Es muy difícil adaptar mi juego a una nueva ciudad, con nuevas condiciones, pero creo que lo hice muy bien. Estuve muy concentrado y como dije en las entrevistas, traté de tomar una lección del último partido en Pekín, tratar de ser mejor jugador y no cometer los errores que hice allí”, analizó Carlitos, que recordó que cuando la gira asiática pasó por última vez por Shanghái, en 2019, él estaba “ganando uno o dos partidos en Challengers” y soñaba con actuar “en grandes pistas”, como la Stadium del torneo chino, donde se desplegó el espectacular techo que la cubre para resguardarla de los chaparrones.
De menos a más
A Barrere le cayó uno al principio del partido casi sin comerlo ni beberlo, porque sin jugar mal, con algún error más de la cuenta al tomar riesgos, se vio con dos breaks de desventaja para un 4-0 demoledor. A partir de ahí, se entonó el jugador galo, que nunca ha ganado a un top-10 (0-4). Desde entonces le jugó de tú a tú a un Alcaraz apañado, concentrado como declaró, pero con el acelerador apenas pisado. Por eso, quizás, el bueno de Gregoire pudo aguantar con orgullo en el segundo set e incluso alargarlo después de encajar un quiebre en el séptimo juego con un contrabreak inmediato. Pero Barrere no tenía golpes suficientemente buenos para hacer frente y superar al murciano de 20 años, número dos del mundo en plena persecución de uno, Novak Djokovic.