Tyrell Terry, elegido por los Mavericks en el draft de 2020, deja el baloncesto tras jugar sólo 13 partidos en la Liga.
Con sólo 22 años, una edad en la que muchas carreras profesionales apenas están arrancando, ha anunciado su retirada Tyrell Terry. El base, seleccionado por los Mavericks en el puesto 31 del draft de 2020, lo anunció a través de una publicación en su cuenta de Instagram: “Hoy he decidido dejar de lado el juego que ha formado una gran parte de mi identidad”. Detrás de su despedida se esconde una ansiedad le acosaba desde su ingreso en la NBA.
Pensamientos intrusivos, despertarme con náuseas y encontrarme luchando por respirar. Esta es sólo una breve descripción de la ansiedad que me ha causado este deporte Tyrell Terry, exjugador de los Mavericks y los Grizzlies.
“Si bien he logrado logros asombrosos, he creado recuerdos inolvidables y he hecho amigos para siempre, también he experimentado los momentos más oscuros de mi vida. Hasta el punto de que en lugar de ir construyéndome, comenzó a destruirme”, escribió el jugador, que fue explícito en su texto: “Comencé a despreciarme y cuestionar el valor de mí mismo, mucho más de lo que los que me rodeaban podrían ver o saber. Pensamientos intrusivos, despertarme con náuseas y encontrarme luchando por respirar normalmente porque la roca de mi pecho parecía pesar más de lo que podía cargar. Esta es sólo una breve descripción de la ansiedad que me ha causado este deporte”.
Tyrell creció junto a su madre, que lo crió sola. Era un niño muy maduro y extremadamente tímido al que le apasionaban las películas de baloncesto como ‘Space Jam’, ‘Air Bud’ y ‘Like Mike’. Cuando tenía cinco años, se mudaron a Minnesota. Un día, su madre se encontró con un amigo de la universidad, Larry Suggs, padre de Jalen, actual jugador de los Magic tras ser drafteado en el quinto lugar en 2021. Los críos se hicieron íntimos amigos y el patriarca de los Suggs se convirtió en entrenador, mentor y en lo más parecido a la figura paterna que nunca había conocido Terry.
Las enseñanzas fueron buenas porque el joven llegó a la NBA después de un solo año en la prestigiosa Universidad de Stanford. Fue uno de los mejores jugadores del equipo. Aquella temporada 2019-20 promedió 14,6 puntos con un 40,8% en triples, 4,5 rebotes y 3,2 asistencias en los 31 encuentros que disputó. Las previsiones del draft llegaron a colocarle en la mitad de la primera ronda. Su aparente escaso físico (1,88 metros y 73 kilos) lo suplía con una inteligencia fuera de lo normal que sabía trasladar a la pista.
Antes del draft, las franquicias no pudieron tener reuniones presenciales con los futuros novatos debido al coronavirus, pero sí hubo entrevistas virtuales. Hubo equipos que mandaron a los jóvenes varias pruebas de coeficiente intelectual. Algunas de ellas consistían en analizar un problema y llegar a una solución de manera oportuna. Según trascendió, Terry rompió varios récords anteriores.
Pero su ingreso en la NBA fue complicado. Disputó 11 de los 19 encuentros de los Mavericks, pero con nulo protagonismo y minutos residuales. Además, falló los siete triples que lanzó y era una de sus especialidades. Su último partido con los de Dallas fue el 21 de enero. Desde entonces, en su estadística siempre apareció “no jugó” o “inactivo”. Estaba asignado a la G League o de baja aduciendo motivos personales. Acabaría siendo cortado en octubre de 2021.
En diciembre, los Grizzlies le firmaron un contrato por 10 días y el 1 de enero de 2022 le hicieron otro de dos vías para poder compatibilizar la NBA con la G League. En la primera disputó otros dos partidos, con los que puso fin a su carrera en la mejor Liga del mundo. En total, 13 encuentros en los que acumuló menos de una hora de juego (59 minutos), 13 puntos, seis rebotes, seis asistencias, cinco recuperaciones y 0/7 en triples.
“Para la mayoría, siempre seré conocido como un fiasco, un fracaso o un desperdicio de talento. Si bien eso puede ser cierto cuando se trata de baloncesto, son los mayores fracasos en la vida los que conducen al mayor éxito. Estoy eternamente agradecido a aquellos que han creído en mí y me disculpo con aquellos a los que he defraudado. Pero ahora voy por un camino diferente, uno que con suerte me llevará a la felicidad y a poder amarme a mí mismo nuevamente”, escribió en su despedida de baloncesto.