El base asegura que no cambiará de opinión ni ante la lesión de Kevin Durant para poder jugar los partidos en casa y ayudar a su equipo.
Los problemas se arremolinan alrededor de los Nets y sus tres grandes estrellas. Los rumores sobre un posible traspaso de James Harden vuelven a resurgir, Kevin Durant estará de baja entre cuatro y seis semanas por un esguince en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y Kyrie Irving sólo puede jugar los partidos a domicilio al no haberse vacunado. Y pase lo que pase, así seguirá, dice.
“Kev’ va a sanar, ‘Kev’ va a estar bien y vamos a tener que lidiar con eso como sus compañeros de equipo. Pero en términos de dónde estoy con mi vida fuera del baloncesto, me mantengo firme en mi decisión”, aseguraba el base después de la derrota de su equipo en Cleveland por 114-107 en el primer partido tras la lesión de Durant. Irving fue el mejor de su equipo con 27 puntos.
Ante un brote de coronavirus en el vestuario, los Nets ya fueron contra sus propias ideas cuando dieron permiso a Irving para jugar después de haber dicho que no le querían a tiempo parcial pues, por mandato de las autoridades de Nueva York, no puede participar en los partidos en casa. Ahora, en otra situación crítica, pagando pequeñas multas por cada encuentro, podrían disponer de él también en los encuentros en Brooklyn.
El base trata de no mezclar su vacunación con el juego, aunque es inevitable: “No traeré la ciencia a un partido de baloncesto. Cuando digo que no me voy a vacunar, estoy tomando una decisión con mi vida. De alguna manera se mezcla con: ‘¿Y qué pasa con el baloncesto?’. Pero vivimos en un mundo real. Es genial poder hacer esto. Me encanta estar con mis compañeros, con los Nets, pero ya estuve fuera el tiempo suficiente para pensar en esto, para procesarlo, para poder tomar esta decisión y mantenerme fuerte. Rezo para que cambien las circunstancias”. Otra cosa no, pero unos principios sólidos sí que tiene Irving. El problema es que igual no son los acertados.