Los Brooklyn Nets se reivindicaron con mayúsculas este miércoles con una paliza en Chicago a unos Bulls que no pudieron hacer nada ante el vendaval comandado por unos James Harden y Kevin Durant tocados por los dioses (112-138). Los Nets, que solo habían ganado 4 de sus últimos 10 partidos, afrontaban una durísima reválida con su visita a la cancha de unos Bulls temibles, que son líderes del Este y que solo habían caído en 1 de sus últimos 10 enfrentamientos, pero lo que parecía una encerrona acabó siendo un paseo para los de Brooklyn.
Un Harden excelente en la anotación y la distribución (25 puntos con 5 de 8 en triples, 7 rebotes y 16 asistencias) y un Durant exquisito en el lanzamiento (27 puntos con 7 de 10 en tiros, 2 rebotes y 9 asistencias) se pusieron al frente de unos Nets imparables que rozaron los 40 puntos de diferencia en el último cuarto. En los visitantes también destacó Patty Mills saliendo desde el banquillo (21 puntos con 6 de 8 en triples) y el novato Day’Ron Sharpe (20 puntos y 7 rebotes). El afiladísimo ataque de los Nets (17 de 32 en triples) estuvo al mismo nivel que su defensa, muy solidaria y firme para fundir por completo a los locales.
La debacle de los Bulls ocurrió en el tercer cuarto. El partido estaba empatado poco después del intermedio (71-71 con 8.43 en el reloj), pero un demoledor parcial de 8-30 para los Nets para terminar el tercer parcial dejó totalmente destrozados a los Bulls (79-101).
Zach LaVine (22 puntos y 6 asistencias), DeMar DeRozan (19 puntos y 4 rebotes) fueron los principales referentes de unos Bulls irreconocibles que acumularon 17 pérdidas de balón (10 de los Nets) y que no estuvieron finos en el rebote (35 frente a 41).