El desembarco del argentino en la MLS no puede entenderse sin el precedente del del inglés.
Antes de Leo Messi, el aterrizaje de David Beckham en la MLS generó una expectación enorme. Ahora el británico, desde los despachos, ha jugado un papel fundamental en la llegada del astro argentino al Inter Miami y juntos aspiran a transformar para siempre el fútbol en Estados Unidos.
Pelé en los años 70 en el New York Cosmos, Beckham a comienzos del siglo XXI en el LA Galaxy y ahora Messi en el Inter Miami camino del Mundial 2026.
La historia del fútbol en EE.UU. aparece marcada por grandes iconos globales de este deporte que un día hicieron las maletas en busca de su particular versión del ‘sueño americano’.
Quizá en ello influyó la reducida cosecha de talento autóctono al menos en el fútbol masculino, ya que en el femenino la selección estadounidense es una potencia de primer nivel.
A la sombra de pasiones nacionales como fútbol americano, el baloncesto o el béisbol, al fútbol (‘soccer’) en EE.UU. le ha costado mucho encontrar su hueco y seducir al público como ha hecho en prácticamente cada rincón del planeta.
La apuesta de Messi por la MLS podría cambiar radicalmente esa situación y su desembarco en EE.UU. no puede entenderse del todo sin el precedente de Beckham.
Con 32 años y todavía mucho fútbol en sus piernas, Beckham cambió en 2007 la camiseta blanca del Real Madrid por la del mismo color del LA Galaxy de la MLS.
El británico puso pie en la ciudad de las estrellas en medio de una expectación desmesurada pero en una liga todavía buscando su ritmo con poco más de una década de vida y con solo 13 equipos (ahora tiene 29 conjuntos con expansiones a la vista en San Diego y Las Vegas).
Beckham supuso un enorme paso adelante para la liga en cuanto a atención mediática y venta de ‘merchandasing’ pero también animó a la MLS a ser creativa financieramente para poder atraer a los mejores jugadores del mundo.
De este modo, la MLS creó con Beckham la figura del “jugador designado” que permitía a los conjuntos sortear los límites salariales para afrontar ciertos fichajes de relumbrón.
pasado semestre entre octubre y marzo obtuvo unos beneficios de 54.158 millones.
Por otro lado, Adidas, socio muy cercano de Messi desde que era joven y que viste a los 29 equipos de la MLS, también ha propuesto compartir con el jugador una parte de los beneficios derivados de su llegada a la MLS en venta de ‘merchandasing’.
Asimismo, existe la posibilidad de que a Messi se le ofrezca una opción similar a la de Beckham para entrar en la propiedad de un equipo en el futuro.
No hay duda de que la liga crecerá ampliamente con Messi en cuanto a ‘merchandasing’, venta de entradas (los precios para ver al Inter Miami ya se han puesto por las nubes), ingresos publicitarios, presencia en redes sociales y también como imán para atraer a otros talentos del balón.
Pero Messi también tiene mucho que ganar desde un Miami con un mercado latino enorme y, especialmente, con dos citas muy importantes en el calendario que tendrán lugar en EE.UU.: la Copa América que se celebrará ahí en 2024 y, sobre todo, el Mundial de 2026 que organizarán conjuntamente EE.UU., México y Canadá.