El madrileño, en estado de gracia, se impone a Leclerc por 0.018. Fernando está a tres décimas y Max acaba noveno.
Lo confesaba Carlos Sainz en la previa del GP de Singapur, que ahora se siente “uno con el coche” y lo confirmaba en el Libre 2 de este viernes en Marina Bay. El madrileño se marchó con el mejor tiempo del día, en una excepcional vuelta que era la de su primer intento con el compuesto blando y que nadie pudo superar luego.
Charles Leclerc lo intento ‘a fuego’, como en Monza, pero se tuvo que conformar con el segundo, en la que es su gran especialidad, el ‘giro secco’, que dicen en Italia. Son prácticas y lo seguirá intentando, incluso copiando lso reglajes del español, como hace dos semanas.
Lo más importante para los de Maranello es una espectacular puesta en escena, en un circuito en el que no lo esperaban de antemano, pues sus experiencias en trazados de alta carga han sido decepcionante en 2023. Pero quizá el nuevo test de alerones flexibles, endurecido por la FIA, o la eliminación de las tres curvas más lentas en el tercer sector, las que más degradaban las gomas, se han conjugado para beneficiarles como ni siquiera atisbaban al llegar.
Fernando Alonso estaba tercero, tras los Ferrari, con una vuelta irregular en la que su segundo sector no fue el ideal, que le dejó a tres décimas de Carlos. Y en esas apareció George Russell, jugándose el pescuezo, con un trallazo bestial del Mercedes en la última curva, que lograba controlar para meterse por delante del asturiano y dejarle cuarto. Hamilton está quinto y tiene muchas esperanzas en poder luchar por el triunfo este fin de semana, a decir del heptacampeón.
Por su parte, el gran dominador del campeonato, Max Verstappen, sufrió con el RB19 como no se había visto desde Hungría. Allí empezó también muy cruzado el viernes y acabó arrasando el domingo, pero nadie le quita el deslizamiento constante de su coche, que no acertaba a meter en casi ninguna curva como quisiera. Terminó séptimo, justo por delante de Checo Pérez. Si hay un equipo capaz de rehacerse es Red Bull, pero ya empiezan contracorriente. En el aire queda la posibilidad de que el nuevo test de alerones les haya fastidiado en parte la superioridad de los últimos tiempos.
Max tuvo también un encontronazo con Sainz, estorbando al español en una acción que no se suele penalizar en los Libres, pero que en calificación le hubiera costado tres puestos en parrilla.
Y coches que brillaron por la mañana, como el McLaren de Norris, con un suelo y carrocería nuevos, ya no podían seguir el ritmo de los mejores por la tarde. En todo caso, eran muchas piezas que conjugar y el sábado podrían volver a estar luchando por la segunda línea, o quizá más arriba aún.
Con el primer juego de neumáticos, el medio para la mayoría, Alonso y Sainz llegaron a ser primero y segundo de la tabla de tiempos de forma monentánea.
Al final, Leclerc se impuso a Carlos en una gran vuelta con ese medio y Alonso fue cuarto, mejorando en cada uno de sus intentos. Lo más sorprendente fue ver sufrir a Verstappen, en un curso de derrapaje, que no le tenía nada contento al bicampeón y casi tricampeón del mundo. Estaba noveno con ese compuesto amarillo de Pirelli y Checo lo superaba.