Dinamarca vencía en la primera mitad, pero Bélgica supo darlo vuelta en el complemento gracias a un inspirado Kevin De Bruyne que condujo la victoria por 2-1.
El Parken Stadium de Copenhague era cita de la revancha de una Dinamarca dispuesta a esta vez sí conseguir el triunfo. Tras lo sucedido con Christian Eriksen en el encuentro debut, estaban esperanzados en ganar este juego y meterse en la pelea, lo cual casi lograron. Apenas al inicio del partido, a los 2′, los daneses ya iban adelante en el marcador, pues Yussuf Poulsen se encargó de vencer a Thibaut Courtois con un buen remate raso cruzado.
La inspiración danesa proseguiría a lo largo de la primera mitad, pues Mikkel Damsgaard estuvo a punto de estirar la ventaja para las pretensiones de su equipo, pero mandó su disparo apenas desviado. Por su parte, los belgas no salían de su asomo y no encontraban cómo controlar las embestidas de un rival que le proponía un juego ofensivo el cual no encontraban como contrarrestar. No obstante, para el segundo tiempo, hubo una variante que cambió toda la historia del partido.
Roberto Martínez envió de Kevin De Bruyne en reemplazo de Dries Mertens tras el descanso. Automáticamente, los belgas comenzaron a organizarse mejor en ataque y, tras unos minutos, encontraron la igualdad. Una buena jugada de De Bruyne en el área le permitió habilitar a un Thorgan Hazard que ingresaba solo por izquierda, quien solo tuvo que empujar el balón para empatarlo a los 55′.
Por si fuera poco, el mismo De Bruyne se encargó de anotar el gol del triunfo a los 70′, cuando recibió una asistencia de Eden Hazard hacia el sector izquierdo y apareció para pegarle en primera a la pelota con un remate muy colocado. El show del volante del Manchester City estaba completo, y el score oleado y sacramentado, puesto que ya no habría más movimientos en aquel 2-1 a favor de los belgas.
Pese a las emociones y a que estuvieron cerca del empate en algunas ocasiones gracias a los reiterados intentos de Martin Braithwaite, no alcanzó y podría decirse que Dinamarca no pudo hacer la gesta heróica para dedicársela a su compañero Eriksen. Con la suerte prácticamente echada, los daneses casi que le dicen adiós al torneo, mientras que los belgas, con susto incluído, lograron sellar su clasifación a octavos de final de la Eurocopa.