Nueva demostración de fuerza y clase del belga Remco Evenepoel, que ha logrado una sensacional victoria en solitario, la tercera en esta Vuelta, en la 18ª etapa de la Vuelta, de 179 kilómetros, entre Pola de Allande y La Cruz de Linares (Asturias).
El estadounidense Sepp Kuss amplía su margen al frente de la Vuelta hasta los 17 segundos respecto a su compañero en el Jumbo-Visma Jonas Vingegaard, que ha levantado el pie en los últimos metros.
Batalla entre Juan Ayuso, Mikel Landa y Enric Mas por la cuarta plaza de la general, que tras la etapa sigue siendo del barcelonés del UAE Team Emirates.
Tocándose la cabeza varias veces, dibujando un corazón con las dos manos y con una sonrida de oreja a oreja, como queriendo decir ‘aquí estoy yo después del buen trabajo hecho’. Gran victoria la de este jueves de Remco Evenepoel, más caníbal que nunca, la tercera en esta edición de la ronda española tras las logradas en Arinsal y Larra-Belagua, después de ser el ganador de la pasada edición de la Vuelta el corredor más valiente y combativo. ¡Qué pena que Evenepoel se despidiera de disputar la victoria en la Vuelta a los Jumbo-Visma después del hundimiento sufrido camino del Tourmalet en la 13ª etapa!, de no haber sido así estaríamos disfrutando de una Vuelta mucho más espectacular y movida.
El discípulo aventajado de Eddy Merckx marcó en rojo esta etapa en su calendario y no se lo pensó dos veces. Formó parte de una fuga inicial corta, que acabó consolidándose en ocho unidades, y en la que marcó un ritmo vertiginoso hasta que fue descolgando a todos sus compañeros de aventura. No sabe corre de otra forma. Remco es de todo o nada, y es de agradecer.
El equipo del líder Sepp Kuss les dejó hacer, llegando a ser la diferencia de casi 12 minutos, que fue a menos después de que Evenepoel ya se viera con la victoria en el bolsillo, asegurando también el maillot de lunares como rey de la montaña, y de que en el grupo de los favoritos sólo se quedaran los seis mejores de la general en el segundo paso al inédito puerto de la Cruz de Linares (8,3 kilómetros a una pendiente media del 8,6% y rampas que se iban hasta el 15%), que había que coronar dos veces después de dejar atrás el Puerto de San Lorenzo (1ª) y el alto de Tenebredo (3ª).
Una última subida en la que se vieron cositas, como a un Mikel Landa bien secundado por equipo y un enorme Poels un día más que se movió varias veces, pero sin la efectividad deseada, a un Vingegaard que protegió las espaldas al líder Kuss y que al menos hoy no quiso meterse en la pelea, mientras Roglic afilaba los cuchillos, quizá en una señal de respeto que podría considerarse definitiva, viendo además que en los metros últimos, después de los acelerones de Juan Ayuso y de Enric Mas, respondidos por Kuss y Roglic, no fueran contestados por el bicampeón del Tour.
50 victoria profesional de Remco Evenepoel al completar el recorrido con 23 años, que se dice pronto, y la mayoría de ellas, después de una exhibición como la dada este jueves en territorio asturiano. Tercer triunfo en la 78ª edición de la Vuelta en un día que se prestaba para ello, a la espera de lo que pueda suceder este sábado en Guadarrama, en un día criminal con diez puertos y 4.000 metros de desnivel, en un mini Mundial que no otorga el maillot arcoíris, pero sí confirma el rojo para el ganador de la Vuelta.