El pugilista no pudo contener sus emociones y lo pagará muy caro.
Por donde camina Floyd Mayweather suelen quedar repercusiones. Inclusive cuando su comportamiento es positivo, tal como le ocurrió el último fin de semana: Money volvió al boxeo para afrontar una pelea a modo de exhibición que terminó en escándalo. Es que el choque con John Gotti III finalizó en una batalla campal dentro del ring que rápidamente se trasladó a las gradas del recinto. Y esto derivó en una fuerte sanción para su contrincante.
En las imágenes de la transmisión se pudo visualizar cómo comenzó el altercado. La acción se produjo después de que el árbitro detuviera las acciones entre el quinto y sexto asalto tras advertirle en reiteradas ocasiones a los ayudantes de Gotti III que dejaran de insultar y provocar en el ambiente. Ese llamado de atención no fue bien recibido por el rincón y mucho menos por el pugilista, quien es nieto del famoso gángster norteamericano John Gotti.
Si bien Floyd quedó parado sobre el ring a la espera de una resolución, el luchador de MMA de 30 años se lanzó sobre él con un cross de izquierda que no llegó a destino. Mayweather esquivó uno y otro golpe hasta que finalmente reaccionó y se cruzaron en un “combate callejero”. Aunque ninguno de los dos lograron conectar ningún golpe certero, la acción se multiplicó en el cuadrilátero cuando ingresaron integrantes de ambos equipos para aportarle mayor tensión a ese momento.
Después de varios días de análisis y de presiones por parte de todos los sectores, hubo una resolución: según informó “MMAmania”, la “Comisión Atlética de Florida” suspendió a John Gotti III por iniciar una pelea después de su partido de exhibición con Floyd Mayweather durante el fin de semana.
Vale destacar que si bien la noticia se gestó post pelea, la problemática ya venía desde mucho antes. Tal es así que el inicio de la pelea se retrasó porque el área del ring estaba demasiado llena de personajes ligados a ambos rincones. A medida que avanzaba la pelea, el árbitro se frustraba cada vez más porque ambos peleadores ignoraban sus órdenes. Desestimó las cosas en el sexto asalto después de que Gotti se negara a dejar de sostener a Mayweather. Y allí estalló la barbarie.
Gotti, un apellido pesado
John Gotti III, recientemente suspendido, es nieto de John Gotti, el último capo mafia de Nueva York, quien pasó sus últimos años de vida en prisión. Es que los tiempos habían cambiado y él nunca lo comprendió: siguió aferrado a las tradiciones de la mafia neoyorquina, en la que había reinado como jefe de una de las cinco “familias”, la de Carlo Gambino, sin comprender siquiera que todo era tan distinto, que su condena le había caído encima por las alcahueterías de un delator y porque el FBI había metido micrófonos en casas, dormitorios, autos y hasta en los platos de sopa de los jefes mafiosos.
El 2 de abril de 1992 fue condenado a cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional, culpable de cinco asesinatos, conspiración para cometer asesinato, obstrucción a la Justicia, evasión de impuestos, juego ilegal, extorsión y usura. En el Centro Penitenciario Marion, en el condado de Williamson, Illinois, pasó los últimos diez años de su vida en un régimen de aislamiento: en Estados Unidos a los condenados por ciertos delitos no les está permitida la telefonía celular ni la fija, aunque sí estaba autorizado a una salida diaria de una hora al patio de la prisión.
Seis años después de su condena, en 1998, le diagnosticaron cáncer de garganta y fue enviado al Centro Médico de Estados Unidos para Prisiones Federales, en Springfield, donde le extirparon el tumor. Pero el mal regresó dos años después, más cruel y letal: fue enviado otra vez al Centro Médico para Prisiones Federales de Missouri, donde murió el 10 de junio de 2002 a los 61 años.