Neuville dispone de 36,4 segundos de ventaja sobre su compañero Esapekka Lappi, que no piensa ponerle las cosas difíciles al jefe de filas. “Desde el mismo momento en que vi que Sébastien Ogier se había salido, no tenía sentido batallar con Thierry”, ha dicho el finés, que en esta decimocuarta especial, la del abandono de Ogier, aminoró notablemente su ritmo y dejó que Neuville le superara y se colocara líder.
Los dos Hyundai están sólidamente en cabeza. Kalle Rovanperä está muy lejos y para el finés no es cuestión de atacar. La tercera plaza le dará más ventaja al frente del campeonato, pero es que quizás no pueda: confesó que ya no tiene ruedas blandas, que están muy destrozadas.
Es cierto que Neuville se acercará en la batalla por el título, pero un abandono podría permitir al belga alcanzarle e incluso superarle. Es más, un abandono podría permitir a Hyundai colocarse en posición muy amenazante cara al Mundial de Constructores.
No han hecho falta órdenes de equipo en Hyundai. Lappi sabe perfectamente que Neuville está mejor colocado en el campeonato y que la victoria colocará al belga en la batalla por el título. Y sobre todo sabe que Hyundai podría ver cómo sus opciones al título de constructores van al alza.
Si la primera etapa fue rica en sorpresas, la segunda la ha superado. Ogier pareció cobrar ventaja por la mañana, neutralizada en los primeros tramos de la tarde, hasta que se salió.
“Intentamos mantener la presión sobre él y dio resultado. Ha sido un alivio estar al final del día. Ha sido un día muy difícil, aunque cada vez hemos ido encontrando mejor el coche. Lo siento por Seb. Lo importante es que no le ha ocurrido nada”, dijo Neuville, quien cruza los dedos ante la última etapa porque “aunque es un día corto, es también complicado y habrá que correr con la cabeza”, dijo Neuville.
Las condiciones meteorológicas fueron claves. Había muchas ‘lagunas’ en el recorrido, arroyuelos que bajaban con agua. En la decimotercera especial Lappi llegó a decir “en algunos puntos llovía tanto que no había más de cinco metros de visibilidad”. Se perdieron dos segundos por kilómetro con respecto a la primera pasada, 45 segundos en total, para los 22 kilómetros de la especial. Al finalizar el día señaló que “estas últimas especiales han sido lo más duro a lo que me he enfrentado nunca”.
Los ‘water splash’, como los llamaban en el Rally de Gran Bretaña en el pasado, jugaron malas pasadas a algunos. Evans dejó dañado el frontal en uno de ellos. Otros, simplemente, vieron como el agua inundaba el vano motor y causaba la parada del motor o dañaba el sistema el sistema eléctrico. Tänak abandonó por la mañana por eso. Ogier sufrió el problema en la decimotercera especial y se quedó sin potencia eléctrica, lo que intentó remediar para el siguiente tramo.
Dani Sordo fue el ganador de esta decimocuarta y decisiva especial, pese a que en la anterior había cedido un poco de tiempo por un problema con la bomba de gasolina; caló y para reemprender la marcha debió recurrir a la segunda bomba del motor. Peor le fue a Elfyn Evans, que se quedó sin energía eléctrica un uno de esos ‘charcos’ y perdió mucho tiempo; pero el cántabro está demasiado lejos de él como para ser una amenaza.
Ahora, la etapa de mañana será un simple trámite. Es de suponer que Ogier intentará reengancharse, buscando al menos los puntos de la ‘power stage’.