En la región latinoamericana, el nivel de pobreza extrema -no visto desde hace 27 años- deja a las comunidades y grupos vulnerables más expuestos al impacto de las emergencias, como las vividas en las recientes lluvias e inundaciones en América del Sur.
A dos años del inicio de la crisis sanitaria del Covid-19, cinco millones de personas adicionales han caído en extrema pobreza en América Latina y el Caribe y han quedado expuestas al impacto de emergencias y desastres, según el más reciente informe de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC).
Sólo en 2020, al menos 1,5 millones de personas fueron desplazadas en Centroamérica como consecuencia de desastres relacionados con el clima, incluidos los huracanes Eta e Iota. A nivel global, desde el inicio de la crisis sanitaria al menos 139 millones de personas se han visto doblemente afectadas por la pandemia y los desastres relacionados con el clima.
Esto deriva de que “los ingresos, ahorros y poder adquisitivo de las familias más vulnerables han disminuido” en estos dos años, explica la directora del IFRC para América, Martha Keays, quien alerta de que “mientras no actuemos, en 2022 seguiremos atestiguando esos efectos en forma de hambre, exclusión y acceso desigual a las vacunas contra el Covid-19“.