El joven aseguró que el policía lo había detenido por ser afroamericano y que había aplicado fuerza excesiva en su contra.
Derek Chauvin, el agente de Policía de Minneapolis condenado a 22 años de prisión por la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd, se ha declarado este jueves no culpable de otro delito contra los derechos civiles de un adolescente de 14 años en septiembre en 2017.
De acuerdo con la acusación del menor, Chauvin lo detuvo por el hecho de ser afroamericano, se resistió y el agente empleó “fuerza excesiva” para inmovilizarlo, golpeándole en la cabeza con una linterna y colocando su rodilla sobre espalda y cuello, tal y como hizo tres años después con Floyd.
El informe policial, redactado por el propio Chauvin, apunta que el menor, con una altura cercana al 1,90 y 110 kilos de peso, se resistió a la detención, por lo que tuvo que utilizar “el peso corporal para inmovilizarlo”.