La Visión recomienda: ‘El Prodigio’ (2022)

Una niña deja de comer por varias semanas, pero permanece viva y en buen estado. Ante esta inusual situación, una enfermera es llamada para certificar lo que algunos creen un milagro.

‘The Wonder‘ (‘El Prodigio‘) se estrenó hace apenas un par de semanas en la plataforma de streaming Netflix, pero es de esos lanzamientos que no han pasado desapercibidos a nivel mundial. De hecho, gran parte de la responsabilidad de esto es que tiene dentro de su elenco a una de las actrices más mimadas por el público actual, la británica Florence Pugh, quien ha mantenido una carrera bastante fructífera como variada en los últimos años. Más allá de que la intérprete de moda puede que sea la principal atracción para muchos espectadores, creo que es importante mencionar que el director a cargo es nada menos que el chileno Sebastián Lelio. Tal vez no es tan conocido dentro del círculo hollywoodense, pero sin dudas consiguió hacerse un nombre a nivel internacional cuando ganó el Premio Oscar a Mejor Película de Habla No Inglesa en el 2017 con su obra ‘Una mujer fantástica‘ (2017), un drama sobre una joven mujer transgénero que fue muy bien recibido por la crítica especializada, sobre todo por su potente mensaje sociopolítico.

En cuanto a esta producción de Netflix, la historia está basada en una novela homónima de la irlandesa Emma Donoghue, ‘The Wonder‘ (2016), la cual se consagró como un éxito en ventas hace pocos años y catapultó la carrera de la escritora. Así, la trama nos sitúa en Irlanda, 1862, en un pueblo que recientemente sufrió una hambruna y que ahora está dominado por sacerdotes ultraconservadores que buscan refugiar sus esperanzas perdidas en una religión ciega y fundamentalista. Estos citan a una enfermera y una monja para monitorear durante dos semanas a una niña de 11 años que lleva cuatro meses sin comer, pero que, en apariencia, goza de muy buen estado de salud. Todos lo catalogan como un milagro concedido por Dios tras tantas desgracias, pero pronto se sabrá qué es lo que ocurre realmente.

Lo destacable

Debo reconocer que el guion, sin ser una maravilla narrativa, cumple con implantar la intriga necesaria y desarrollarla progresivamente de forma interesante. De esa manera, el entramado encuentra, en los simbolismos planteados, diferentes formas de presentar detalles que, a la larga, terminan concibiendo un gran sentido al unirse las piezas que uno va recogiendo conforme avanza también el drama de la historia. De aquí es que se mantiene una suerte de suspenso digna de un thriller, ya que el misticismo alrededor de lo que le sucede a la niña Anna O’Donnell es más profundo de lo que en verdad parece; y es justamente a través de las preguntas que va resolviendo la enfermera que vamos a tratar de descubrir la verdad, una que quizás no sea la que nos guste o la que esperábamos.

Si es que el valor narrativo y casi testimonial cobra fuerza y se siente verídico, es por la impecable actuación de Florence Pugh. Puede que sea una frase trillada, pero es literalmente Pugh quien carga en hombros con el desarrollo del relato y es protagonista absoluta. Son sus ojos los nuestros, como espectadores, y es capaz de transmitir una gran cantidad de sensaciones con una performance llena de matices, que alcanza también por momentos una sincronización empática con el público. En esta oportunidad, le toca encarnar a Lib, una enfermera que debe ser la fuerza de la razón entre tanto fanatismo, pero que tiene sentimientos pendientes que le impiden ser objetiva del todo. Al ser un personaje tan rico en emociones y contradicciones, es disfrutable observar su evolución a lo largo de la obra, muy a pesar de que es imposible no percibir que últimamente elige papeles muy similares a este y que ya le vendría bien elegir uno que verdaderamente le represente un reto.

Por otro lado, si es que hay un ambiente místico constantemente es gracias al gran trabajo de fotografía y de música. En cuanto a la fotografía de Ari Wgner, el juego con la iluminación en interiores es fantástico para relucir detalles importantes en cada escena, como en las habitaciones, donde apenas a la luz de las velas se consiguen imágenes notables. Asimismo, muy pocas secuencias se ejecutan en campo abierto, pero se aprovechan bien las locaciones para imprimir encuadres en donde, de alguna manera, se siente un sentimiento de claustrofobia. En tanto, la música de Mathew Herbert es otro condimento importante para mantener esta sensación de misterio y por momentos casi de terror. No falta algún sonido estridente que llame a estar alerta o genere incomodidad en concordancia con lo que estamos viendo o escuchando, lo cual significa que, en general, hay una conjunción bastante orgánica del apartado técnico con el guionado.

Finalmente, creo que es rescatable el hecho de que Lelio no presenta en Netflix una propuesta simplemente para entretener, sino que se arriesga con una obra que cuestiona ciertos elementos de la sociedad actual como el machismo y el fanatismo religioso. Tanto al comienzo como al final se utiliza el recurso de “romper la cuarta pared” justamente para enfatizar que todos tenemos nuestro propio prisma para analizar y contar lo que nos pasa. Asimismo, para cuestionar si todo es tan real como verdaderamente creemos. De esta forma, una creencia, una historia o un testimonio pueden cobrar distinta relevancia o impacto según quién lo mire y ello genera un conflicto interminable, uno que vivimos actualmente con la constante polarización ideológica que hay.

Lo cuestionable

El inicio de la narración puede ser bastante lento, sobre todo porque es una cinta que se va a desarrollando de a pocos y se va armando de lo dicho en los diálogos y los simbolismos presentados para ir tomando forma. No hay mucha acción más allá de lo poco que se dice directamente y sobre lo que se sugiere. Por lo tanto, perderse la línea de una conversación podría ser suficiente para sentir que uno se ha desconectado y que no va a ser tan sencillo volver a engancharse. Ello, sumado a la complejidad de la temática, podría no ser del todo atractivo para algunos espectadores.

Pese a ello, lo único que me dejó cierta espina es sentir que estaba en todo momento -para bien y para mal- en un monólogo de Pugh. No sentí que el resto del casting estuviera a la misma altura y ello generaba que, cuando el foco pasaba a otro personaje, mi atención se diluyera de a pocos. Por supuesto, no es culpa del magnetismo de la actriz, sino de un casting que pudo haber competido mejor en cuestiones de performance, pero que se queda apenas en el “aprobado”. Por tal motivo, aunque la cinta no supera las dos horas, se me hizo un poco larga y hasta llegué a pensar que, tranquilamente, pudo haber sido sencillamente un cortometraje o una buena premisa para un capítulo de alguna serie.

El veredicto

Recomiendo esta película para quienes gusten de los dramas de época y también de saborear un poco de suspenso. Sin mostrarnos mucho sobre la Irlanda de la época, Sebastián Lelio logra recrear, a través de los diálogos de sus personajes, cuál era el pensamiento de aquellos tiempos, lo cual resulta valioso para que alguien como Florence Pugh aparezca con todos sus pergaminos para cimentar una historia áspera, pero convincente, sobre todo ello. Evidentemente, el magnetismo impuesto por Pugh se corona gracias a una fotografía y sonido destacables que, unidas a un guion bastante cumplidor, nos regala una reflexión contemporánea sobre los extremismos ideológicos actuales y sus peligros latentes, aquellos que conllevan a la muerte de la razón o de la fe, o de ambos.

¿Sabías que…?

Florence Pugh (Oxford, 3 de enero de 1996) fue nominada como Mejor Actriz de Reparto en los Premios Oscar de 2019 por la película ‘Mujercitas‘ (2019). Tenía apenas 23 años; sin embargo, Lauta Stern se terminó llevando el premio gracias a su gran actuación en ‘Historia de un matrimonio‘ (2019).

Puedes verla en: Netflix

Rating: 3.5/5

Ficha Técnica

• Director: Sebastián Lelio
• Casting: Felix Kammerer, Albrecht Schuch, Aaron Hilmer, Moritz Klaus, Edin Hasanovic, Daniel Brühl, Sebastian Hülk
• Guion: Alice Birch, Sebastián Lelio. Novela: Emma Donoghue
• Música: Mathew Herbert
• Fotografía: Ari Wegner
• Género: Drama | Thriller
• Duración: 108 minutos