La Visión recomienda: ‘Blonde’ (2022)

Créditos: Difusión

Marilyn Monroe consiguió convertirse en una estrella de Hollywood, pero, en el fondo, Norma Jeane tan solo quería ser una persona con una vida convencional.

Blonde‘ (‘Rubia‘) es uno de los últimos estrenos de la plataforma de streaming Netflix que se ha sumado a la tendencia hollywoodense de retratar a personajes de la cultura popular. En esta ocasión, Andrew Dominik se encarga de dirigir el biopic de la rutilante Marilyn Monroe y trata de superar la estela dejada apenas este año por la exitosaElvis‘ de Baz Luhrmann. Al respecto, estamos ante una adaptación de Dominik sobre la afamada novela biográfica escrita por la estadounidense Joyce Carol Oates, también titulada como ‘Blonde’ (2000). En ese sentido, habría que entender que, pese a que hay puntos fácilmente reconocibles sobre la vida de la actriz, no habría que tomar lo contado con una rigurosidad milimétrica, ya que se trata de una dramatización cinematográfica hecha a partir de un retrato literario y no de un registro documental.

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Un detalle a tomar en cuenta es que se trata de la primera película con calificación NC-17 producida por Netflix, lo que, en términos de restricciones, significa que no debería ser vista por alguien menor de 17 años, aunque se encuentre en compañía de un adulto. Aquel fue uno de los motivos por los cuales Dominik demoró más de una década en conseguir un estudio que le abriera las puertas para poder realizar su obra, ya que, en términos de taquilla, nadie quería arriesgar por una cinta con tamaña limitación para el público. Habiendo dicho esto, como es evidente, la trama recorre varios puntos de la vida de Monroe, desde su infancia hasta su triste final, pero sin guardarse algunas escenas bastante crudas y explícitas. Esto no trae como resultado un retrato feliz y glamoroso, sino, más bien, un relato recogido desde el dolor y la pérdida, decisión polémica para algunos, pero acertada para mí, pues nos brinda un enfoque más humano y desgarrador sobre este personaje.

Lo destacable

Andrew Dominik se encarga de dejarnos en claro, desde el primer fotograma, que estamos ante una obra que plasma una visión muy particular del autor y no frente a otro producto en serie más del montón. La forma en que se construye la historia deja a su paso una gran cantidad de simbolismos que dotan a la cinta de una profundidad poco usual para la industria, lo cual habla muy bien del cuidado que se le ha dado a cada detalle. Se siente, entonces, que está bien pensada, que tiene un mensaje por comunicar, y que nada está dejado al azar. De hecho, llamó poderosamente mi atención la representación desvergonzada que se hace sobre Hollywood, lo cual es interesante, pues no es más que Hollywood mismo mirándose a los ojos frente al espejo y desnudándose como el gigante monstruo que es: uno que cobra vidas a costa de ofrecer luces y flashes, tal como le pasó a Monroe.

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Esta perspectiva hubiera sido imposible de concretar sin la brillantez de Ana de Armas, quien asume un rol protagónico digno de aplaudir de pie. La actriz cubana ofrece una interpretación camaleónica que ha sido pulida a la perfección y, lo que es mejor, se logra distinguir a Ana aún por encima de su performance, lo que revela el gran dominio que consiguió sobre un personaje con muchos matices. La caracterización es, por lo tanto, completa y compleja en todos los niveles; desde los gestos naturales hasta las posturas y el modo de hablar, todo anda a la altura de lo que una personalidad del calibre de Marilyn requiere. Sin lugar a dudas, se trata de un papel consagratorio y que atraerá un buen número de premios. No en vano gran parte de la crítica ya la ubica como la favorita a ganar la estatuilla de Mejor Actriz en los próximos Premios Oscar.

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En cuanto al apartado técnico, estamos frente a una joya estéticamente hablando. Sobre la fotografía, se sabe que Chayse Irvin siguió como punto de referencia muchas de las postales clásicas de Monroe para recrearlas con la mayor versatilidad posible. Ello resulta en un trabajo de una belleza imposible de ignorar, gracias a la gran cantidad de recursos y técnicas aplicadas. Basta con mencionar que, en escenas determinadas, la cinta cambia repentinamente del formato 16:9 a una relación de aspecto de 4:3 -una que se usó en los principios del cine- con la intención de conseguir un encuadre determinado y resaltar algún detalle específico. Asimismo, el cambiar la gama de colores a blanco y negro cuando la protagonista está viviendo algún suceso doloroso, sirve para enfatizar la oscuridad del momento y se siente tan natural que a veces hasta pasa desapercibido.

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No quiero dejar de mencionar el destacado trabajo conseguido en cuanto al sonido. Hay silencios de fondo tan bien manejados que permiten que algunos diálogos puedan alcanzar su máximo potencial de impacto y encontrar la resonancia deseada. Por otro lado, la música a cargo de Nick Cave y Warren Elis es excepcional para dotar de sentido muchos de los pasajes de la cinta y ensalzar contundentemente los momentos dramáticos. Finalmente, el correcto diseño de producción permite recrear magistralmente los vestuarios y escenarios de la época, centrados mayormente en tratar de rescatar esa mítica iconografía que rodeó algunos de los momentos más memorables de la vida pública de Monroe.

Lo cuestionable

Lo primero que habría que advertir es que estamos ante una película que navega sobre el dolor y los traumas de Marilyn, por lo cual busca presentarse como incómoda desde el principio. No desea hacer un retrato feliz ni un collage de sus logros, sino que quiere desnudar a la estrella hasta llegar al punto de desmitificarla. Esto puede ser difícil de digerir para el espectador promedio, que está acostumbrado a recibir ciertos estímulos positivos para “equilibrar su balanza emocional” cuando enfrenta un drama en la pantalla grande.

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En general, se nos presenta a una Monroe abatida una y otra vez por las circunstancias que enfrenta, por lo cual muchas veces resulta reducida a una figura algo patética y que dista de la imagen impactante y romantizada que comúnmente se promociona de ella. La disonancia entre el mito y el ser humano, sumada a un inicio abrumador que no da tregua y va golpe tras golpe, no son necesariamente los ingredientes perfectos para dar con una cinta taquillera. No obstante, creo que la intención del director es totalmente acertada, ya que busca mostrar estos sentimientos negativos con los que no queremos comulgar frecuentemente, pero que son parte de nuestra condición humana y que nos tocan a todos, hasta a quien fuera la actriz más codiciada en Hollywood.

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Un punto que ha generado mucha polémica es la cantidad de contenido explícito, sobre todo alrededorde escenas sexuales. Muchos han acusado de sexualizarse escandalosamente a Monroe hasta el punto de mostrarla desnuda casi sin ninguna razón aparente, por lo que señalan que es una cinta que busca colgarse de la morbosidad para captar la atención y vender. En realidad, considero que la sexualización de la figura de Marilyn es intencionada, pues busca cuestionar los abusos machistas sobre los que está fundada la industria del cine, así como criticar a una prensa despiadada que la colocó a la fuerza como un símbolo sexual y no la dejó en paz ni después de su muerte. En ese sentido, la crudeza de las escenas trata de aproximar al espectador a esa podredumbre de la que Marilyn fue víctima, lo cual puede terminar siendo una sensación poco agradable y demasiado impactante.

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Tras lo mencionado anteriormente, mi único desencuentro con este filme es que hay detalles sobre la vida de Marilyn que no se cuentan, probablemente, apelando a la idea de que son acontecimientos de conocimiento general. Ello no sería de mucha importancia si la obra no estuviera llena de simbolismos y referencias. En consecuencia, por momentos sentía que estaba tratando de reunir retazos de una historia que no sabía hacia dónde iba. Sin embargo, debo admitir que ello no impidió que pueda conectar con el personaje poco a poco y sintonizar con el ritmo intenso y trepidante que va tomando la trama desde el segundo acto en adelante.

El veredicto

Recomiendo esta película para quienes quieran conocer a fondo el lado más humano de la mítica Marilyn Monroe a través de un drama apabullante, atrevido y de una preciosidad estética incuestionable. Andrew Dominik ha conseguido articular una pieza que derrocha una fotografía poderosa para impresionar con un mensaje profundo y contundente acerca del precio de la fama y de la deshumanización de la cultura del espectáculo a partir de la cosificación sexual y la cultura machista. Para ello, Ana de Armas se luce al encarnar con total maestría la dualidad presente en una imponente Marilyn, exitosa y aclamada, pero que a su vez es la frágil Norma Jeane, atormentada y herida de muerte por su pasado. Saludo una propuesta que, pese a críticas y contratiempos, no se modula y provoca escozor, pues creo que allí reside el verdadero arte, aquel que conmueve, duele y hasta indigna, pero que es fiel a la vida misma al contemplar que no siempre nos aguardan tramas felices, tal como Hollywood siempre nos ha querido hacer creer.

¿Sabías que…?

Durante el 2020, Ana de Armas, protagonista de ‘Blonde‘ mantuvo una relación amorosa con Ben Affleck, actual pareja de Jennifer Lopez. Incluso, ambos lograron participar juntos en la película ‘Deep Water’ (2021). Tras su separación, Ana confesó que no soportaba la constante persecución de los paparazzis y el entorno de Hollywood, lo cual terminó desgastando su romance.

Créditos: Difusión

Puedes verla en: Netflix

Rating: 4/5

Ficha Técnica

The Review

'Blonde' (2022)

4 Puntos

Recomiendo esta película para quienes quieran conocer a fondo el lado más humano de la mítica Marilyn Monroe a través de un drama apabullante, atrevido y de una preciosidad estética incuestionable. Andrew Dominik ha conseguido articular una pieza que derrocha una fotografía poderosa para impresionar con un mensaje profundo y contundente acerca del precio de la fama y de la deshumanización de la cultura del espectáculo a partir de la cosificación sexual y la cultura machista. Para ello, Ana de Armas se luce al encarnar con total maestría la dualidad presente en una imponente Marilyn, exitosa y aclamada, pero que a su vez es la frágil Norma Jeane, atormentada y herida de muerte por su pasado. Saludo una propuesta que, pese a críticas y contratiempos, no se modula y provoca escozor, pues creo que allí reside el verdadero arte, aquel que conmueve, duele y hasta indigna, pero que es fiel a la vida misma al contemplar que no siempre nos aguardan tramas felices, tal como Hollywood siempre nos ha querido hacer creer.

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