Rascacielos verdes, la tendencia arquitectónica que cubre los edificios de vegetación

En los últimos veinte años, el diseño de edificios se ha renovado por completo a través de nuevas formas, materiales y funciones. Entre las tendencias más exitosas se encuentra la de cubrir edificios con plantas y árboles. Nacen así hermosos y sugerentes bosques verticales, que cambian de color con las estaciones y también ayudan a paliar la contaminación de las grandes ciudades.

El primer y más conocido ejemplo de este estilo se levantó en 2014, en Milán, Italia, por mano del Studio Boeri Architetti. Su Bosco Verticale abrió las puertas a un nuevo concepto de arquitectura. Las dos torres milanesas, de 80 y 112 metros de altura, albergan alrededor de 800 árboles y en total la vegetación presente equivale a 30.000 metros cuadrados de bosque y sotobosque, concentrados en 3.000 metros cuadrados de superficie urbana.

Se trata de edificios en los que la función residencial se asocia a un verdadero ecosistema urbano o, como explican sus creadores, de “una casa para árboles que también alberga humanos y aves”. Las características de innovación e impacto ambiental del Bosco Verticale se tradujeron en importantes premios, entre ellos el CTBUH Award como mejor edificio alto del mundo en 2015, además de estar incluido en la lista de los 50 rascacielos más emblemáticos de los últimos 50 años.

Esta arquitectura se centra en la relación entre el ser humano y la naturaleza, y a partir de entonces muchas metrópolis decidieron sumarse a la idea. Desde Países Bajos, donde se está construyendo el Wonderwoods of Utrecht, en Suiza, con la Torre de los Cedros en Lausana, hasta Brasil, donde se alzará la Rosewood Tower, un hotel cubierto de plantas y árboles. Pero también hay proyectos en California, Australia o Francia.

Esta tendencia es un punto de unión entre ecología e innovación.A nivel medioambiental, por cada edificio, la reducción de las emisiones de CO2 rondará las 18 toneladas, y se producirán hasta 16,5 toneladas de oxígeno al año.

La disposición irregular de los balcones permite que las plantas se desarrollen libremente en altura y que el follaje encaje perfectamente en el diseño de la fachada. Los habitantes de las torres tienen la oportunidad de experimentar el espacio urbano desde una perspectiva diferente, sintiendo la plenitud que conlleva el estar rodeados de naturaleza. El objetivo, de hecho, es ofrecer una nueva experiencia de vida, a través de una ciudad sostenible en la que la naturaleza es parte integral.

“Con la construcción de estos bosques verticales, se ha demostrado que es posible, incluso en el corazón de las metrópolis asiáticas, levantar edificios capaces de absorber CO2 y partículas finas generadas por la calefacción y el tráfico, además de reducir el consumo de energía por el aire acondicionado”, explica Yibo Xu, jefe de la división china de un estudio de arquitectura asiatica.

Los bosques verticales son el símbolo de una nueva arquitectura de la biodiversidad, en la que prima la relación entre el ser humano y las otras especies vivientes. Además de ser extraordinarios desde el punto de vista estético y de diseño, estos edificios también ayudan a aliviar la contaminación urbana. Los bosques verticales, por tanto, pueden realmente ser el futuro de todas las grandes ciudades.

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