El profesor suplente, un personaje más

Uno de mis escritores favoritos es Julio Ramón Ribeyro y en este espacio comentaré un poco más acerca de él y uno de mis cuentos favoritos. El flaco nació en 1929. Es un escritor reconocido por la calidez de sus cuentos y su famosa temática sobre la sociedad. En 1994, ganó su último premio llamado “Juan Rulfo”, año de su deceso. 

La primera vez que lo leí fue gracias a una profesora que me obligó a hacerlo. Y, ahora, agradezco. 

Se trata del cuento “El profesor suplente” que relata la pequeña historia de Matías, un desempleado más. Él y su esposa reciben la visita de un viejo amigo y junto a él una noticia: Un trabajo como profesor. La pareja emocionada por este paso esperan el gran momento, pues sus vidas darían un gran giro. 

Matías recibe la mañana, con el mejor terno, y su esposa, con la mejor de las sonrisas. En la trayectoria hacia el colegio repasando una vez más su clase, se marea con diferentes pensamientos y en una mirada fugaz mira su reflejo, pero … ¿Era malo?

Los diversos cambios de emociones hizo que se enfocara más en una placa de combi y no en su salón de clases. 

Creo fielmente que cada historia de Ribeyro es un mundo íntimo donde podemos conocerlo a él y vernos, de alguna forma, buena o mala, a nosotros mismo. El profesor suplente es un gran cuento dedicado al miedo, la ansiedad y al futuro. El Sr. Ribeyro muestra una mirada desde afuera de esa persona ignorada tratando de sobrevivir, que muestra el peor de sus momento y la mejor de sus excusas. Si desea saber cómo sobrevivir, salga a la calle y mire alrededor. Pero si desea tentar al fracaso, lea y arriesgue, junto al escritor, a una aventura, donde el único oponente resulta ser uno mismo. 

Como ya lo he dicho más de una vez, Ribeyro ve lo cotidiano de la mediocridad en la vida. Ve eso que no vemos. Ve la otra parte de la historia. No la que todos esperan escuchar sobre superación de sus problemas, emprendimiento y sobriedad. Ve a las personas luchar consigo, cuando intentan mostrar la careta para las expectativas de otros, quienes fingen ser felices. Creo que ve lo maravilloso que es estar triste, bajoneado, moribundo. Viste a las personas de forma real, con resacas que se vestían de cigarro y alcohol.

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