El discurso persuasivo y afectivo de Andrés Manuel López Obrador

Como quedó dicho en mi última columna, en la presente quiero abordar el tema del encuentro entre Biden y López Obrador, que tuvo lugar el 12 de julio en Washington. Pero desde una perspectiva diferente. Voy a analizar cómo el presidente mexicano comunicó el contenido de la plática entre ambos presidentes en la conferencia de prensa matutina, desde Palacio Nacional, el jueves 14 de julio.

Al principio el presidente recalcó que el encuentro en la Casa Blanca ‘fue, decía yo, muy favorable, bueno para las dos naciones’. Repitió el mismo mensaje a lo largo de la conferencia: ‘fue muy buena la plática con el presidente Biden’, ‘muy buena la reunión’.  Hablaron sobre cómo frenar la inflación, la migración y los altos precios de petróleo. Por ejemplo, se ampliará el apoyo a los programas de bienestar Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro. El presidente mexicano también puso el énfasis en ‘unirnos más’ para enfrentar el fenómeno migratorio, lo que parece estar de acuerdo con el lema de la Cumbre de las Américas, boicoteada por el mismo López Obrador. También se propuso un programa similar al programa bracero.

Ni que decir tiene, el estilo del habla de López Obrador está marcado por un ritmo muy lento que puede ser entendido también al oyente menos informado o educado en materia política. Esto compagina con el principal lema de López Obrador: ‘Por el bien de todos, primero los pobres.’ Es más, el presidente utiliza palabras simples, incluso coloquiales, directas, para transmitir un mensaje más complejo. A mí modo de ver, esto no es casual pero más bien intencional.

Voy a poner unos ejemplos que confirman lo dicho. Cuando López Obrador se refiere a los paisanos mexicanos en Estados Unidos que lo recibieron muy amablemente, empieza con: ‘¿para qué les digo?’, ‘puro amor’, hasta utiliza el dicho ‘amor con amor se paga’. Este se puede ver como una metáfora con la cual el presidente deja claro que el respeto que sus paisanos le mostraron exige un respeto recíproco, mutuo. De acuerdo con esto, López Obrador consiguió el compromiso con Biden de aumentar visas de trabajo temporal (para el campo, los servicios y la industria) para los mexicanos y centroamericanos, y pidió la regularización de los paisanos migrantes indocumentados que llevan años trabajando honradamente en Estados Unidos. Por otra parte, el presidente mexicano parece denigrar a los empleadores estadounidenses ‘sin escrúpulos’ que prefieren tener a un indocumentado porque le pagan menos y lo pueden correr cuando quieran. Además, López Obrador utiliza la expresión metafórica para la economía estadounidense: ‘les agarró la crisis económica’ con el significado de que les sorprendió (no fueron preparados) y atrapó (es difícil liberarse) la crisis económica.

Sin embargo, los oyentes tienen que darse cuenta de que con el lenguaje simplificado el presidente no solamente quiere ser entendido, pero quiere atraer la atención, acercarse a los oyentes, y crear confianza con él. De esta manera los oyentes son más perceptibles a sus mensajes políticos, se dejan influenciar más, y son más inclinados a convertirse en sus partidarios. O como decía Abraham Lincoln: ‘Si quieres ganar un adepto para tu causa, convéncelo primero de que eres su amigo sincero.’

Es más, López Obrador utiliza palabras que por sí solas llevan un significado positivo. Por ejemplo, los verbos: ‘mejorar’, ‘fortalecer’, ‘impulsar’, ‘aumentar’, ‘crecer’, ‘producir’, ‘invertir’, ‘ampliar’ y ‘ayudar’; los nombres: ‘modernización’, ‘nobleza’; los superlativos ‘contentísimo’, ‘destacadísimo’, entre otros. Con ellas, el presidente no solamente transmite un contenido favorable, pero también provoca los sentimientos positivos en el oyente.

Además, López Obrador resulta humorístico cuando deja claro que así llamados ‘expertos’ que afirman que el programa de la modernización de las aduanas fue impuesto a México, no tienen razón.

El presidente mexicano también tuvo la reunión con la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, la encargada de abordar las causas de raíz de migración desde los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras).  López Obrador la describió con palabras amistosas: ‘muy afectuosa, con mucho respeto hacia el pueblo de México’ y que tiene familiares en México.

En resumen, la manera de comunicar del presidente mexicano es muy narrativa e ilustrativa. Una casi tiene la sensación de escuchar un cuento y no un informe político. El oyente puede confiar o desconfiar, en ambos casos se involucra en la historia y quiere escuchar cómo termina. Sin embargo, a pesar de las palabras amigables como acabamos de ver, hay quienes dudan que den fruto.

Las palabras son como armas en las manos de los políticos, con las que pueden manipular al oyente. El conocimiento de cada persona y ser informado sobre los asuntos políticos determinan, si alguien es manipulado por los políticos o puede reconocer los mecanismos comunicativos que estos usan para obtener más votos y seguir en el poder.

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