Venezuela dentro del marco de un acuerdo firmado entre el Gobierno y la oposición

El Gobierno y la oposición de Venezuela firmaron en México, el sábado 26 de noviembre de 2022, un acuerdo que en principio tendría como objetivo la protección del pueblo Venezolano, por medio de la recuperación de recursos bloqueados en el sistema financiero internacional. Dichos fondos bloqueados se ubican en alrededor de 3.000 millones de dólares, y serían administrados por agencias de Naciones Unidas para para ser destinados a asistir hospitales, escuelas y mejorar distintos servicios públicos, destruidos por la gestión bolivariana.
Con la intervención de la ONU, se aseguraría en parte, que los fondos no serán esquilmados por el chavismo, tal y como ha ocurrido con 500.000 millones de dólares desde la llegada de Hugo Chávez al poder.
En principio todo esta bien por ese lado, sin embargo, por experiencia sabemos que el chavismo nunca ha cumplido con ningún acuerdo. Lo anterior se sustenta en que el chavismo tiene las mayores fortalezas, en esta puja por el poder, y no la oposición, y en consecuencia, sentarse en una misma mesa a conversar no es sinónimo de capitulación sino de una ranura de esperanza que se abre, aunque haya que taparse la nariz, así mismo, conversar no significa, necesariamente, reconocer la legitimidad de la contraparte.
El hecho de que la delegación gubernamental represente todo lo opuesto a la aspiración de democracia y decencia no borra la realidad de que son ellos quienes manejan los hilos del poder, que tienen el control de casi todo incluyendo la fuerza. Es decir hay que tener una mínima dosis de realismo para poder comprender el escenario en donde estamos parados.
Por ser fiel a mi profesión de diplomático, no quiero que se interprete que estoy en desacuerdo con las conversaciones entre ambas partes, todo lo contrario, cualquier ventana que se abra es una oportunidad que se debe aprovechar. Aprendí de los 32 años de carrera en la Diplomacia, que siempre es mejor estar adentro que afuera, desde adentro las cosas se pueden cambiar en paz, pero desde afuera nunca, a menos que se maneje en su totalidad la variable de la fuerza.
La firma de este acuerdo provoco la reacción inmediata de Washington, la administración Biden emitió la licencia necesaria para que la multinacional estadounidense Chevron reanude la extracción de petróleo en Venezuela. Una decisión que se negociaba desde que en marzo pasado, cuando los enviados estadounidenses viajaron por sorpresa a Caracas para iniciar un acercamiento diplomático.
Esa licencia, autoriza la venta y exportación petróleo, pero, siempre hay un pero, dicha licencia no permite pagos de regalía e impuestos o dividendos a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), lo cual no genera mucho incentivo para Maduro, ya que cualquier beneficio para Maduro vendría de una nueva inversión que pudiera generar nuevos barriles de petróleo, y de esos nuevos barriles, la mayoría, son de Pdvsa.
A la decisión estadounidense se sumaron la Unión Europea, Reino Unido y Canadá, en declaración conjunta, no sólo para saludar el acuerdo, sino como también para instar a alcanzar otro pacto para llevar a cabo unas elecciones libres y justas en 2024, “la restauración de las instituciones democráticas y el fin de la crisis humanitaria”.
Todos ellos estarían dispuestos a revisar sus sanciones si se logran avances en la negociación que acerque a Venezuela a la democracia. Hay que tener claro que el acuerdo alcanzado no resolverá los problemas de fondo. En tal sentido, el punto trascendental de la agenda de los encuentros seguirá estando a nivel de pendiente: la celebración de elecciones “limpias, libres y justas” y fuera de las garras del aparato de corrupción del régimen venezolano.
Para que los lectores tengan una idea de cómo funciona el Presidente USURPADOR, horas después de haberse concretado el acuerdo declaro: “QUIEREN ELECCIONES LIBRES, JUSTAS Y TRANSPARENTES?, PUES QUITEN TODAS LAS SANCIONES QUE SE LAS LLEVEN TODAS PARA QUE PODEMOS IR A UNAS ELECCIONES FRESCAS, BONITAS, BUENAS, EN EL MOMENTO EN EL QUE LA CONSTITUCIÓN Y EL CONSEJO NACIONAL ELECTORAL (CNE) COMO ÓRGANO RECTOR LO DETERMINE”. En pocas palabras esta consciente que hasta ahora ha venido amañando los procesos electorales y en consecuencia violando la constitución y las leyes de la república”.

Otro detalle importante en esta reunión es que el chavismo incorporo a su delegación, a la Sra. Camilla Fabri, esposa del magnate colombiano Alex Saab, considerado el testaferro de Maduro y principal operador financiero de la revolución. Fue precisamente su extradición a EE. UU. desde Cabo Verde lo que provocó hace 13 meses la suspensión de las negociaciones. Convertida ahora por Maduro en defensora de derechos humanos y “delegada plenipotenciaria” con rango diplomático venezolano, la modelo italiana firmó el acuerdo ante la expectación de los presentes. En su país de origen es acusada de lavado de dinero.

Me temo que al igual que el sr. Saab, la Sra. Saab también recibió pasaporte diplomático para convertirla en Diplomático venezolano de manera express. Vale señalar que eso lo prohíbe no solo la constitución y las leyes de Venezuela sino como también las convenciones internacionales sobre relaciones diplomáticas y consulares.

La pregunta es que significa esa nueva incorporación, a los fines políticos?: la respuesta es que el gobierno de Maduro envió un mensaje subliminal, no solo a la oposición venezolana sino a las autoridades estadounidenses que mantienen al testaferro de Maduro en la cárcel. Ese mensaje dice que cualquier acuerdo pasa primero por la liberación de ALEX SAAB.

Otro detalle importante de ese acuerdo es que hoy en toda la prensa nacional de Venezuela aparecen los representantes de la oposición pidiendo la reanudación del dialogo.

Al chavismo no le importa ceder en algunos aspectos que para ellos son intrascendentes como el humanitario, pues eso no les afecta en su proyecto, que es la perpetuidad en el poder, mientras que a la oposición sí les afecta, pues terminan cediendo lo poco que tienen a cambio de apenas promesas que luego el poder puede romper, como siempre ha hecho. No se puede olvidar que el 100% de los horrores que existen y han existido en 23 años ha sido un diseño político de quienes están en el poder.

¿Qué esperar?
Sin ser pesimista y basándome en los últimos 23 años de gobierno revolucionario, CREO QUE NADA. Lo antes expresado no nos permite abrigar esperanza alguna de que salgamos del oprobioso régimen de Maduro.

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