Un parte de guerra

Técnicamente un Parte de Guerra es un documento formal que diariamente elaboran los participantes en un conflicto armado sobre el estado en que se encuentran sus tropas y las del enemigo, es decir sobre los que están directamente en la línea de fuego. Normalmente, se parte de guerra contiene: cuántos muertos hubo el día anterior, de lado y lado, cuántos heridos de lado y lado y las sugerencias de acciones estratégicas que se deberían realizar en un momento determinado.

Salvando algunas distancias, un parte de guerra es lo que nos presenta, diariamente y en general, la prensa de Estados Unidos y en particular la prensa del Estado de Georgia

Quien escribe estas líneas deja claro que está de acuerdo y agradecido, por la información, que sobre este aspecto nos brindan los medios estadounidenses, por una sencilla razón: nos da la oportunidad de tomar medidas de precaución para salvaguardar nuestras vidas.

En un artículo anterior señalaba, que Estados Unidos estaba viviendo otra pandemia: la tenencia de armas, la inseguridad y violencia armada. La anterior afirmación encuentra su sustentación en que Estados Unidos es el lugar en donde se llevan a cabo la mayoría de los tiroteos masivos en el mundo: En los primeros 33 días del presente año (hasta el 2 de febrero 2021) fallecieron 4,066 personas en los Estados Unidos por armas de fuego, según las estadísticas de la Organización Violencia Armada (GVA) de EEUU.

Algunos arguyen, que esa violencia tiene explicación en la vigencia de la Segunda Enmienda de la Constitución que establece, entre otras cosas, que “no se infringe el derecho de las personas a mantener y portar armas”. Tengo mis dudas al respecto, ya que estoy casi seguro de que, si esa enmienda constitucional es dejada sin efecto, la violencia disminuya. Creo más bien que hay una cultura armamentista, de violencia, que induce a la solución de las desavenencias con armas, como sucedía en otras épocas de la historia de Estados Unidos.

Eso es algo que hay que desmontar, no es sencillo y no se hace de la noche a la mañana, pero es la única manera.

En el caso en particular de Georgia, es el horror cotidiano: los tiroteos diarios abruman, se llevan a cabo en centros comerciales, carreteras (Incidentes de Furia Vial, no conocía ese concepto), estacionamientos y en urbanizaciones, además de secuestros de niños, jóvenes y adultos. Vale señalar que en muchos de estos casos se utilizan armamentos que son de uso exclusivo de las fuerzas armadas del país, lo cual es una señal de alarma roja.

A ello le agregaría la pobre relación de la policía con la población, lo cual se convierte en una cara más del problema de las armas.

Nada de esto es inevitable, como demuestra cualquier otra democracia avanzada en el mundo. Sin querer entrometerme en la política interna del país que muy amablemente me abrió sus puertas, no dejó de pertenecer a una comunidad, por lo que me siento obligado a decir que más allá de la suspensión de la 2da Enmienda, es importante desmontar esa cultura de la violencia armada por medio del fortalecimiento de la educación, en tal sentido, hay que enseñarle a los niños y adultos que la convivencia es la llave para el fortalecimiento de la democracia y en consecuencia hace más grande al país con la democracia más antigua del mundo.

Para dar un nuevo ejemplo, en Atlanta durante el fin de semana que va del 14 al 17 de mayo del 2021, 19 personas recibieron disparos y seis personas murieron en 12 tiroteos diferentes.

Nada aporta la discusión entre los altos funcionarios del Estado, acusándolo unos a otros, de la existencia leyes laxas en cuanto a tenencia de armas. Lo importante es el reconocimiento de la existencia de esa pandemia, y tener claro las acciones que se deben emprender, pero en un contexto de educación y cultura.

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