La realpolitik y el mundo de hoy

En el escenario internacional actual se han venido recuperando conceptos que estaban en desuso. Entre otros puedo mencionar, REALPOLITIK, SOBERANÍA, POWER POLITICS y muchos más que los analistas internacionales utilizan para describir la actuación o la aplicación de una política por parte de algún país o bien para explicar por qué un país actúa sobre otro como en el caso de Rusia contra Ucrania.

En esta oportunidad, conforme a la realidad que se vive en el ámbito internacional, me referiré al primero de esos conceptos.

La realpolitik (en alemán, “política realista”), es la postura que adopta un país cuando protege sus intereses nacionales de forma pragmática, considerando factores tangibles como su economía, su capacidad militar o su influencia política, y la de sus adversarios. El concepto de la realpolitik fue popularizado por la corriente de pensamiento del realismo político, que entiende la política como una lucha de poder, y se usa habitualmente para explicar las relaciones internacionales actuales. En otras palabras, adaptarse a la realidad del momento para actuar de manera pragmática o racional en beneficio de sus intereses nacionales.

Se pueden mencionar ejemplos históricos como China y la construcción de presas en el río Mekong para condicionar las decisiones de los países del curso bajo del río, como Vietnam, Camboya o Tailandia. Otros casos son el uso que hace Rusia de los gasoductos con los que exporta energía a Europa como herramienta negociadora frente a la UE, o las alianzas de India con Australia, Japón y Estados Unidos para evitar quedar aislada por la creciente presencia militar de China en el Índico.

En el mismo sentido, lo que como observadores pasivos estamos viendo de la guerra de Rusia contra Ucrania, con el justificativo de que se debe evitar el contacto fronterizo con la OTAN, porque según Putin es la única forma de garantizar la seguridad Rusia. Sin embargo la existencia de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC), la OTAN rusia, que limita con China me hace preguntar lo siguiente: ¿no sería necesario un estado tapón entre Rusia y China para garantizar la seguridad de China? o ¿no amenaza la seguridad de Turquía el pedido de incorporación a la OTSC realizado por Irán, país limítrofe? ¿Dónde queda el sagrado principio de la soberanía nacional si Ucrania no puede decidir formar parte de una alianza militar como la OTAN ni integrarse a una alianza político-económica como la Unión Europea?

Pero no solo eso, podemos observar también el secuestro de los productos de exportación ucranianos y los aterradores bombardeos a ciudades y pueblos de Ucrania. La realpolitik en este caso se encuentra en que esa guerra no es un fin en sí mismo, sino lo importante es que el país quede tan destruido, tan seccionado que se convierta en inviable, incapaz de producir lo básico para su propio sustento y tan debilitado que resulte poco viable estratégicamente hablando.

Otro ejemplo visible de REALPOLITIK y más cercano, es la última reunión del G7 en Alemania en el que el Presidente francés Emmanuel Macron le expresó a sus colegas, de otros países, la importancia de que se reincorporaron al mercado internacional de petróleo países como Venezuela ya que esa reincorporación incidirá positivamente en los precios de la energía y solucionaría problemas internos a la Unión europea así como también a Estados Unidos. Más claro imposible.

Vale señalar que Francia, así como el resto de los miembros del G7 rechazan al gobierno de Maduro y mantienen sanciones que se traducen en un bloqueo a las exportaciones petroleras venezolanas. Si esa flexibilización de las sanciones se produce le daría mayor oxígeno político-económico a la dictadura y mayor debilitamiento para la oposición. Pero ese costo es bajo para los objetivos que se desean alcanzar. A esta nueva facilidad se unirían también Irán que mantiene al mundo en vilo por su renuencia a reincorporarse al acuerdo de control nuclear y que desde ya han manifestado su disposición en renegociar dicho acuerdo.

Nadie puede conocer los derroteros de la nueva época que se vislumbra, pero ya son evidentes las fuerzas motrices ante las que es necesario prepararse. Se trata de un tiempo de confrontación o de descarnada competencia entre potencias, en el que un alto grado de dependencia exterior en materias o productos estratégicos puede convertirse en una debilidad letal. Es un mundo que a mi modo de ver estaría marcado por la REALPOLITIK y en donde el pulso ideológico entre democracias y regímenes autoritarios están pujando por ser los que definan el nuevo orden mundial.

No es descabellado pensar que Putin considera que nuestras sociedades están menos dispuestas a aceptar más sufrimientos que la sociedad rusa, dominada por la represión y la manipulación informativa—. Es probable que acepte ver mermados sus ingresos con tal de infligir un sensible daño energético en el invierno.

En otro plano se encuentra, China indiscutible protagonista del siglo XXI, llena de incertidumbres. Esa REALPOLITIK pareciera obligar a una mayor toma de conciencia en todos los niveles políticos y empresariales de los peligros de una excesiva dependencia del gigantesco mercado chino. Incluso en países como Alemania, cuya poderosa industria, ha obtenido enormes beneficios de la interacción con China. Desde ya importantes empresas norteamericanas están trasladando a Vietnam algunas cadenas de producción, a países que consideran confiables políticamente hablando

En esencia, el realismo político se contrapone al idealismo político. Para esta corriente, la realpolitik, la política es siempre una puesta en escena donde se invocan las grandes virtudes sociales como la libertad, la justicia, la igualdad, la democracia, el bienestar común, como excusa para encubrir las ambiciones y los intereses personalísimos de los actores políticos. Mientras que el idealismo político, por el contrario, considera que la política puede funcionar como medio para alcanzar el bien común y para resolver los conflictos sociales, diferenciándose de la simple politiquería.

Lo que les he querido pintar, en este análisis, es que la realpolitik consiste en una especie de partida de ajedrez aplicada a la vida real, en una lucha por el poder incluso hasta el exterminio físico.

Exit mobile version