Es como para no creerlo

Dos fiscales, en Argentina, pidieron penas de prisión de hasta 12 años e inhabilitación para ocupar cargos públicos para la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, por supuesta corrupción en la obra pública durante su gobierno.

Los fiscales Luciani y Sergio Mola afirmaron que los Kirchner “instalaron y mantuvieron en el seno de la administración nacional y provincial de Santa Cruz una de las matrices de corrupción más extraordinarias que lamentable y tristemente se hayan desarrollado en el país”. En su alegato final, el fiscal Diego Luciani aseguró que “se trató de la mayor maniobra de corrupción del país”, y dijo que perjudicó al Estado por más de US$1.000 millones, dinero que pidió fuera decomisado de los bienes de los acusados en caso de ser condenados.

La acusación con lujo de detalles expuso la ruta que siguieron los Kirchner para armar ese andamiaje de corrupción entre otros, socios, empresas creadas, así como el camino que siguieron para redireccionar las obras públicas en la provincia de Santa Cruz, que Néstor Kirchner gobernó durante más de una década antes de llegar a la presidencia y donde aún mantiene su residencia la vicepresidenta.
Hasta ahí, todo está en las manos de las instituciones de justicia de Argentina que decidió que había méritos suficientes para hacer dicha acusación. Sin embargo, lo que es para no creer es la reacción de algunos presidentes, de otros países latinoamericanos, que se atrevieron a tomar partido en los asuntos de política interna Argentina.

Los presidentes Alberto Fernández, de Argentina acérrimo enemigo de su vicepresidenta, Andrés Manuel López Obrador, de México, Gustavo Petro, de Colombia, y Luis Arce, de Bolivia suscribieron una carta en la que se rechaza en los siguientes términos “injustificable v persecución judicial” que sufre la vicepresidenta Cristina Kirchner”.

Entre los párrafos mas resaltantes se mencionan: “Dicha acusación tiene como objetivo apartar a Cristina Fernández de Kirchner de la vida pública, política y electoral, así como sepultar los valores e ideales que representa, con el objetivo final de implantar un modelo neoliberal. “Manifestamos nuestro más firme respaldo a Cristina Fernández de Kirchner y condenamos rotundamente las estrategias de persecución judicial para eliminar a los contrincantes políticos”.

Es como que a los venezolanos nos dijeran, desde el exterior, que la inmoral y ostentosa riqueza que exhiben el Presidente Maduro y familia no es producto de la corrupción. En reciente informe publicado en la prensa venezolana se expone el caso de los hijos de la primera dama del país, los dos hijastros del presidente Maduro, de 24 y 25 años, respectivamente, quienes tienen empresas en dos continentes y se les calcula una fortuna superior a la que habría desviado la vicepresidente de Argentina. Por cierto, me imagino que no hicieron que Maduro firmara la carta porque sería demasiado fuerte.

Esa carta no solo representa una intromisión en los asuntos internos de un país, sino que le da a la corrupción un toque de legalidad ya que los firmantes son jefes de estado de países de la region y avalan un posible comportamiento irregular de un alto funcionario de otro país, cercano ideológicamente. Además de vincular la acusación con el objetivo final de implantar un modelo neoliberal” en Argentina, sin darse cuenta de que finalmente en Latinoamérica hay un país con justicia independiente. Me temo que el eje del mal se activó.

Por mi experiencia en el área internacional, normalmente los jefes de estado nunca se pronuncian acerca de las instituciones de otros estados, mucho menos tomar parte por alguien que está acusado de delitos como los que a la Sra. Vicepresidenta, en principio, habría cometido. Pero es que ni Lula Da silva, creador del Foro de Sao Pablo y aspirante, de nuevo a dirigir la republica de Brasil, se pronunció porque sabe que es un tema de Argentina no de la comunidad latinoamericana, sabe que se debe guardar distancia ante esos tipos de eventos.

Los que se pronunciaron anticipadamente en favor de la acusada están pensando en otras cosas y porque no, en caso de que se produjeran hechos similares en los países firmantes, otros países, cual superhéroes saldrían en defensa de los posibles acusados.

Quien escribe este articulo no tiene pruebas que la Sra. Vicepresidente de Argentina haya cometido tales delitos, pero creo en las instituciones, creo que la justicia independiente es fundamental para el desarrollo y la estabilidad de cualquier país. Por tal motivo creo necesario esperar el desarrollo del juicio y su final.

Y también espero que esa carta, que me parece insurreccional, no provoque una reacción violenta por parte de aquellos que apoyan al a Sra. Vicepresidenta. Es la justicia que habla y eso no es cualquier cosa.

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