El habitante número 8000 millones de la tierra

El mundo ha llegado a los 8 mil millones de habitantes. Si bien la tendencia señalada por la ONU es a la desaceleración del crecimiento, la población podría tocar techo en 2050 con más de 10.000 millones de personas. Llegar a esta cifra supone una serie de retos sociales y medioambientales para que este crecimiento sea sostenible.

El nacimiento de Damián ha generado gran expectación en República Dominicana, por ser el bebé que marca un hito en materia de crecimiento demográfico, al llevar a la población mundial a esta cifra que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que lo visibiliza bajo el lema 8 Mil Millones Más Fuertes.

Existen grandes preocupaciones y muchos retos; la gran preocupación tiene que ver con la sostenibilidad de ese crecimiento, mientras que el gran reto es el envejecimiento de la sociedad y la gestión de los movimientos migratorios hacia los países más envejecidos.

El 80% del crecimiento demográfico se ha producido, según la ONU, en países en vías de desarrollo. La causa principal es que las mujeres carecen, en mayor medida, de servicios de planificación familiar y, en la práctica, no tienen poder de decisión sobre si tener hijos, cuándo ni cuántos.

En ese sentido y a manera de ejemplo vale mencionar que a partir del venidero año 2023, la India será la nación más poblada del mundo, superando a China, según el informe de Perspectivas de Población Mundial de las Naciones Unidas. Ya India está al borde de los 1,4 mil millones de habitantes y sigue sumando unos 13 millones de personas cada año.

China, el país más poblado del planeta, en la actualidad, se enfrenta ahora a una crisis demográfica con el aumento de la edad media de la población activa, la desaceleración de la economía y el menor crecimiento demográfico en décadas.

Las consecuencias de este crecimiento podrían ser devastadoras si no se satisfacen las necesidades básicas de todos los que estamos y los que vendrán; sin mencionar, al mismo tiempo, los perjuicios al medio ambiente.

Mucha gente vive en la pobreza, no tiene trabajo ni seguridad alimentaria, y ahora nacen más personas. Eso aumenta el desafío de satisfacer las necesidades básicas de todos, para alcanzar ese objetivo habrá que aumentar el consumo, lo que requerirá un incremento de la producción y con el modelo productivo actual basado en energía fósiles, tendrá un enorme impacto medioambiental. Pero no hacerlo implicará más conflictos y migraciones masivas. Este es el dilema.

La primera pregunta que me hago el preparar este escrito es pregunta es: ¿cómo estabilizar el crecimiento poblacional? Difícil de realizar porque en parte el boom poblacional de las últimas décadas se explica parcialmente por el aumento de la esperanza de vida (nueve años más que en 1990), que tiene que ver con mejoras en las condiciones sanitarias y de desarrollo, esta es la parte buena de la historia, la parte mala de esa misma historia es la de la desigualdad de género, que se traduce en pocas o nulas opciones de elección por parte de las mujeres a la hora de decidir sobre la maternidad.

No quería decirlo pero tengo la sensación de que la humanidad se encuentra en un círculo vicioso que no cesa de girar y que se reproduce ilimitadamente. Aproximadamente la mitad de los embarazos en el mundo no son deseados, según la ONU, esto significa que 121 millones de mujeres al año no querían ni planeaban tener esos hijos. Los esfuerzos por proporcionarles acceso a servicios de planificación familiar no han sido suficientes para que pudieran decidir si querían o no tenerlos, el número de ellos y cuándo.

Lo cual es una terrible realidad, caemos de nuevo en el todavía bien machacado lema de que no estamos preparados para enfrentar nuestros propios problemas.

Un componente importante dentro de toda esta realidad lo conforma el hecho comprobado de que el porvenir de nuestro planeta y de la humanidad se determinará en las ciudades. Lo anterior se sustenta en que las zonas urbanas absorben casi todo el crecimiento demográfico actual y futuro. Hoy, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y pueblos y en el 2050, alcanzará el 70%, con esa proyección se podría afirmar que el futuro de la humanidad es sin duda urbano.

Para ese mismo año la población mundial alcanzará los 10 mil millones de personas y la pobreza, la inseguridad alimentaria y cambio climático, continuaran siendo los principales desafíos de la población mundial

La segunda pregunta que me hago es: ¿Cómo alimentar a la población mundial sin destruir el planeta? Para responder a esta pregunta tenemos que explicar cómo está formado ese círculo vicioso e ilimitado. Hoy en día, la mitad de las tierras con vegetación del mundo se encuentran cultivadas, estas consumen el 90 por ciento de toda el agua utilizada por la humanidad, y generan una cuarta parte de las emisiones globales anuales que están causando el calentamiento global. 

Y, así y todo, de los ocho mil millones de personas que viven en la actualidad, 820 millones se alimentan de forma deficiente porque no tienen acceso, o no pueden pagar, una alimentación adecuada.

Ahora bien, para satisfacer las necesidades alimentarias se debe producir un 30 por ciento más de alimentos en el mismo terreno, detener la deforestación, y reducir dos tercios las emisiones de carbono que derivan de la producción de alimentos, según los estudios de la ONU. La tercera pregunta es: ¿Como hacer? la única respuesta es que no hay soluciones mágicas mientras las condiciones imperantes no se modifican hacia un modelo más justo.

Desde esta columna le deseamos a DAMIAN, larga vida y que dios lo haga un hombre de bien.

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