En el año del centenario del APRA, la revolución empieza en nosotros mismos 

Haya de la Torre: “Para que el hombre haga la revolución tiene primero que revolucionarse a sí mismo” (discurso a la juventud).


La FAJ fue fundada el 7 de enero de 1934, organizada con base a su código de acción para que el movimiento aprista no quedase en el camino ni agotarse en cuestión de pocos años. Confrontó adversidades y peripecias incluso al interior del propio partido que antecedieron a la fundación del PAP en 1930.


La FAJ actuó con base a sólidos fundamentos morales, como ejemplo se tiene 48 preceptos de la cultura inca “no robes”, “no mientas” y “no sea perezoso” sumado a otros como “sin ciencia no hay progreso; autoedúcate”. Hay que suplir los defectos y corregir los errores de la educación en la escuela y la universidad, la educación del entorno, de la vida ciudadana que deseduca el delito y el escándalo, la desidia burocrática, la indolencia política. A propósito, señalaba “no hay moral diferente en la vida privada y en la vida pública”.


En la marcha, los objetivos históricos trazaron los ideales y principios de justicia social, libertad y democracia del aprismo, digno de reconocimiento. Tenemos a representantes ejemplares como el compañero Armando Villanueva, representante y primer secretario general de su gloriosa promoción de lideres, y mártires, como el primero de ellos Manuel Peralta -nov.1934- y heroicos jóvenes de la lucha revolucionaria, en su gesta democrática, así como a Ramiro Prialé, aleccionador liderazgo de esas pléyades de lideres, dirigentes y militantes apristas a lo largo del historial de la juventud.


La FAJ escuela integral para la vida ,como señala una frase de la narrativa política que la define, hoy en día se traduce como el partido y su juventud, son vía de solución a la crisis del país y de la institucionalidad democrática.


Volver a creer en la democracia es clave en la solución de la crisis. El APRA postula la democracia política y social. Y cree el sufragio libre con ciudadanos correctamente informados, origen de la revolución del cambio social.


El PAP como partido de izquierda democrática se define y abre a los alineamientos de derechas e izquierdas. Sabemos, por falta de acción política, proliferan partidos de intereses personales o de grupos subalternos. Por eso, la población generaliza con razón y no cree en ellos ubicándolos por debajo de aquella democracia ineficiente e ineficaz. EL APRA es solución a una de las carencias como de representación de la democracia electoral, con sus capacidades de partido de frente único que vence la desconfianza a la política y sus actores. El APRA se desarrolla con propuesta propia de libertad y diferente a las que originan los populismos de izquierdas y derechas, que representan una pasajera ventaja en el momento o aquellos que son instrumentos de intereses personales o de grupo que a menudo son los suyos y juegan al clientelismo.

Por eso, la juventud aprista y el PAP tienen una trascendente responsabilidad histórica para salvar al país de la crisis del sistema y para construir esa sociedad justa, culta y libre en pro de sus ideales y principios.

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