Una suegra poco amable, o peor, una suegra que es abiertamente hostil puede ser una pesadilla para todas las nueras, que para bien o para mal, se va a tener que lidiar con ella.
Hoy quiero hablar del caso de una señora que conozco. No sé exactamente porque razón va y viene de la casa del hijo. Se que la nuera la bota de casa por una razón u otra, y siempre regresa donde la hija. Después de un tiempo le pasa el coraje a la nuera y vuelve la señora a cuidar a sus nietos. Desde que los conozco, ha pasado algunas veces, esta situación.
Se por la hermana del muchacho, que la mujer, o sea la nuera, tiene un carácter endemoniado, que toda la vida ha tratado mal a la suegra. Pero, ¿que sabemos de la suegra? en el fondo no la vemos como conflictiva a esta señora, pero como dice un dicho “Nadie sabe el mal de la olla, sino la cuchara que lo menea” …. Por otro lado, la nuera se defiende diciendo que la señora es que no la quiere, que desde el primer momento que se caso con su hijo, le ha hecho la vida imposible.
En mi opinión, y hablando de la nuera, en muchos de los casos, esto se debe al elegir a un esposo que es el chiquito de la casa, el mimado de mama. Y es aquí, cuando más grave es el problema con las nueras. Ciertas suegras, creen que son desplazadas en el amor de sus hijos y la ven como una intrusa; aunque esto no siempre es verdad, ellas insisten en creerlo de esta manera.
Tampoco quiero decir que es malo casarse con un hijo mimado, pero es buena táctica ayudarse entre sí, nuera y suegra y, a entender que lo que está en juego es la felicidad de la pareja en común. Si la suegra quiere ver feliz a su hijo y en el caso de que la señora si, tenga que ver con esta situación, es aconsejable que los apoye y así facilitarles su independencia y su autonomía para que formen un hogar placentero. Al final de cuentas, los padres son padres y lo que quieren es la felicidad de sus hijos, esto es entendible.
Si por el contrario no funciona la buena intención de la nuera, o la suegra, es preciso que la pareja tenga una buena conversación, y dejar muy en claro que ante cualquier decisión lo que más debe importar es la felicidad de los dos, por encima de cualquier otra opinión. Si sigue habiendo intromisiones en la relación por parte de la suegra, habrá que dejar en claro que la nuera es la mujer de su hijo y la dueña de la casa, y que, sobre ella, van a rebotar todas sus malas intenciones e intromisiones. La unidad familiar es fundamental y no se debe dañar por nada ni por nadie.
Tampoco es bueno que la pareja discuta los problemas delante de la suegra, nunca poner en evidencia los desacuerdos, siempre tratarlos en privado.
Hay muchos sicólogos que recomiendan no responder agresivamente, pero tampoco callarse, porque no hará bien. Un truquito para responder a la suegra de manera asertiva es haciendo respetar nuestros derechos, de poder expresar lo que pensamos, sin llegar a la discusión, y a la vez respetar los derechos de ellas.
Con el tiempo y manteniendo una actitud respetuosa, educada, pero firme en tus creencias, es muy probable que la suegra acabe respetando las opiniones sin meterse en la vida familiar; o por lo menos dejándote en paz. Además, de esta manera es posible que el nivel de hostilidad se reduzca.
Si por el contrario nada de esto funciona, hay que alejar a la suegra de la casa, si este es el caso, es decir, si el problema viene exclusivamente de parte de la suegra.
Ahora, no quiero decir que todas las suegras son malas. Si las hay muy buenas. Felicito a quienes sí, les toco una de estas.
Y, para terminar, en mi opinión personal como suegra que soy, no me meto en la vida de mis hijos; nunca he opinado nada en su relación. Respeto su vida privada. Es mejor así, tener una vida tranquila, feliz y sin complicaciones.