“La mujer lo es, por falta de ciertas cualidades”, lo dijo Aristóteles. Y Santo Tomás pronunció: “La mujer es un hombre imperfecto”. En una ocasión, fue Simone de Beauvoir, quien salió en nuestra defensa diciendo: “A las mujeres nos hacen”.
Ahora díganme, el “sexto sentido” femenino ¿es innato o no? Veremos. Una feminista muy apasionada dijo: “Las mujeres siempre tenemos que hacer las cosas dos veces mejores que los hombres, para que nos tomen en cuenta. Pero, afortunadamente, nos resulta muy fácil de hacer”. Seamos honestas, a pesar de la presión intelectual que limitó a las mujeres, durante siglos, siempre hemos tenido la seguridad de que somos más inteligentes que los hombres.
¿Inteligentes? Tal vez no acostumbremos a emplear, precisamente esa palabra, pero sentimos que nosotras tenemos “algo” más que ellos. ¿Y qué es, específicamente?. Verás, los mismos hombres siempre nos han concedido ese “algo” especial, que tampoco ellos saben definir, pero, que algunos llaman intuición femenina, sensibilidad o… “sexto sentido”.
Por otra parte, psicólogos y científicos han llegado a la conclusión de que ciertas diferencias localizadas en el cerebro son responsables de varios factores; que las mujeres tenemos más habilidad para aprender otro idioma que ellos, al igual que los hombres generalmente suelen poseer mayor facilidad para las armas, las guerras, y para los asuntos matemáticos.
Sin embargo, estos estudios no demuestran la superioridad o inferioridad de ninguno de los sexos, y mucho menos determinan de que “misteriosa” materia se compone ese elemento que sitúa a la mujer en otro plano. Y es que, muy posiblemente, ese elemento de que hablamos tiene que ver más con la “idea” de ser mujer, que con el hecho de serlo.
Según la filósofa francesa, desde que abrimos los ojos al mundo, las personas del “segundo sexo” nos encontramos con un molde que ya espera por nosotras, para convertirnos en seres femeninos.
El diccionario de sinónimos, dice para la palabra femenino: débil, frágil, frívola. “Siendo así mismo los antónimos: fortaleza, y firmeza,” los que son a la vez los sinónimos y, por supuesto, de masculino.
Yo creo que, esas supuestas características femeninas no nacen con el sexo, sino que son productos de la sociedad en que vivimos y que nos presionan hacia ellas. Una característica que comparten los seres humanos, sin que importe su género, es el deseo de encajar dentro de su medio ambiente. De esta forma se sienten amparados, acompañados, y creen que así les será más fácil alcanzar la felicidad, o al menos la felicidad que pueda ofrecerles su sociedad en particular.
Aquellos que no se adaptan, son llamados, “rebeldes” o “genios”, según lo que logren en la vida, y aunque todos los genios son verdaderos rebeldes, también creemos que todos los rebeldes suelen tener un poco de genio. De cualquier manera, generalmente tanto los unos como los otros suelen estar solos, y el ser humano le tiene pavor a la soledad.
Está claro que nuestras circunstancias nos obligaron a adoptar el rol femenino ante la vida, por lo que los hombres y nosotras mismas terminamos por verlo como algo innato. ¿Qué era entonces o todavía es ese “algo” de la mujer? ¿Inteligente? ¿Intuición? Tal vez es el resultado de usar más el corazón que el cerebro, un lujo que hasta hoy mismo muchos hombres no han podido darse.
La sociedad situó a la mujer en un pedestal, pues sin duda su género la hacía diferente. Sea lo que sea, todas esas características son innatas. Lo cierto es que todos nacemos personas. Por lo tanto, ese famoso “algo” que dicen ver en la mujer no es otra cosa que el resultado de su educación y adoctrinamiento colectivo.
Hombre o mujer podemos ser fuertes y sensibles, dóciles y agresivos, tiernos y duros, el secreto está en que dejemos de dividir el mundo justamente a la mitad, y nos veamos como seres humanos únicamente. De esta forma, nuestra búsqueda de la realización sería más genuina.
Para terminar, diría: Tanto el hombre como la mujer somos inteligentes. Aunque ya identificamos ese “algo” que la sociedad hizo desarrollar en la mujer, solo nos toca entender la diferencia, y tendríamos que empezar por especificar: ¿Qué es hombre? y ¿Qué es mujer?