¿Es usted emotiva o exagerada?

A las mujeres siempre se nos ha dicho que somos demasiado emotivas, sensibles y exageradas, para compararnos desfavorablemente con los hombres, tan “controlados, racionales, medidos y juiciosos”. Eso, sin embargo, no pasa de ser una fantasía inventada por ciertos hombres para de alguna manera acomplejarnos. Lo que pasa es que, para ellos, (que me perdonen los hombres), la racionalidad y el control son unos ideales que quisieran alcanzar y no pueden, aunque ellos, creen que sí. Y, claro, les encanta decir que nuestras cabezas “son huecas y no dan para tanto”, que “ellos son mejores en todo”, ¿será? Veremos.

¿En realidad somos o nos hacemos emocionalmente diferentes?  Según mi punto de vista, hay una variable de género en la evaluación de las competencias emocionales entre los dos sexos. Al varón, ciertos padres los crían como soldados fríos sin emociones aparentes, diciéndoles que no se comporten como niñitas, que los hombres no patalean, no lloran, no gritan, etc.

Según los padres, las mujeres son las que tienen que expresar con voz lastimera, la pena, dolor, y hacer todo lo que ellos no pueden; que los hombres son fuertes, los reyes, y los absolutos en el poder. Y, de esta manera, ellos con todo esto se han ganado una sociedad de hombres insensibles, prestos para toda clase de guerras, pero en su mayoría, perdidos en el trato con las féminas y, además, machistas. ¿Qué tal?…

Sin embargo, son ya numerosos los estudios psicológicos que se han llevado a cabo sobre las diferencias fundamentales entre los miembros de uno y otro sexo. El resultado ha sido invariablemente que no existen diferencias aparentes entre la emotividad de niños y de niñas cuando se estudia la conducta. Aunque sí, se ha dicho que el cerebro de la mujer y del hombre son diferentes por naturaleza, lo que genera además, en el femenino alguna ventaja.

Por otra parte, las mujeres sí, demuestran estar más dispuestas a hablar de lo que sienten, tienden a ser más apasionadas que los hombres, y necesitan más la compañía de las personas a quienes quieren. En sus amores, experimentan mayores alegrías y más profundas tristezas que ellos; pero los hombres, por su parte, tienden a hacerse un concepto más romántico que nosotras en la relación amorosa. Ellos son los primeros en enamorarse cuando se inicia un romance, y les resulta mucho más difícil dar por terminada una relación.

Realmente a la mujer yo la clasificaría como más emotiva en toda la expresión de la palabra. Desde pequeñas, las mujeres somos más despiertas, cariñosas, hablantinas, hasta más atrevidas en el trato con los varones. Además, la sensibilidad femenina permite a la mujer adaptarse fácilmente al mundo que la rodea, siendo capaz de simpatizar mejor con los demás.

En realidad, los hombres y las mujeres presentan más semejanzas que contrastes. Yo diría que sí, hay diferencias emocionales entre sexos. Entiendo que el problema es que aislar los factores que la causan resulta difícil. Con todo esto en lo que al amor y el cariño se refiere, tal parece que, en la distinción sexual del comportamiento, la influencia de la sociedad es muy importante. Es probablemente mucho más decisiva que cualquier diferencia biológica natural entre hombre y mujer.

Solo les digo, que de todo este teje y maneje de sexos, de quien es más fuerte o más inteligente, es solo asunto de la educación que tuvimos de niños, de una educación social que cualquier otra cosa.

Con todo esto, y cuando le digan que usted por ser mujer, es demasiado emotiva o muy excesiva en sus demostraciones, créalo, porque así somos las mujeres.

En resumen, sea lo que sea y digan lo que digan, la emotividad y exageración no solo es de mujeres, ellos también tienen lo suyo. 

Para terminar, si usted en realidad es una mujer serena, objetiva y controlada, no se deje apabullar por las fantasías que los hombres se inventan para sentirse superiores.

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