Siempre he sentido que ser mujer es algo diferente, que aunque se dice que somos iguales a los hombres y tengamos características similares, existe algo que nos diferencia siempre.
Hombres y mujeres no somos iguales por la más sencilla de las razones: cada persona es diferente de las demás. Por supuesto, existen generalidades que sí nos diferencian. Algunas pocas son biológicas, pero muchísimas más son culturales, una cuestión de educación y creencias colectivas que se mantienen en el tiempo, porque las mantenemos con nuestra conducta, nuestro lenguaje o nuestros pensamientos.
Es algo que nos define, algo que describe a la perfección todo lo que somos y nos hace sentir más humanas. Eso que nos inspira y nos motiva a ser quienes somos y jamás olvidarlo.
Y aunque probablemente seamos iguales a los hombres como seres humanos, siempre existirá esa peculiaridad que nos define como mujer.
Todo esto, va más allá de nuestra apariencia, de cómo lucimos de ser mujer, de cómo hablamos y de cómo nos conducimos, etc., etc. Se trata de algo más que el maquillaje y la forma en que nos vestimos. Ser mujer es algo que nos hace únicas.
Tuvimos que luchar por nuestros derechos para ser notadas y tratadas como iguales. Nos esforzamos por sobresalir y no quedarnos atrapadas imaginando un futuro ideal. Todo eso nos permitió ser más fuertes, más conscientes y hasta más sabias. Y así es como continuamos siendo. También inspiramos a otras mujeres a ser diferentes, a ser únicas y consideradas. Solo de esta manera nos ganaremos el respeto y consideración al compararnos con los hombres.
Creo firmemente que ser mujer significa darle impulso al mundo, darle luz a la vida e inspirar al resto con nuestra sencillez y valentía, ante todo, hemos sido capaces de darle sentido a la vida y de cumplir perfectamente nuestro rol de mujer y madre.
Después de todo, ¿Qué sería el mundo sin la mujer?… no soy feminista ni nada por el estilo, solo hablo de un rol ideológico que lucha por la igualdad de oportunidades con respecto a la
sociedad y al hombre.
Simplemente creo en la superación de la mujer, para no depender del hombre en un 100%. Cuando pasa a ser “la mujer” del hombre en cuestión, tampoco debemos de verlo de mal manera, no, ni debemos de incomodarnos, eso es una realidad que no podemos evitarlo.
Aunque, es verdad que, durante siglos, las mujeres tuvieron que soportar el estereotipo de la mujer “ama de casa” que no podían trabajar ni estudiar, solo dedicarse a su esposo y a los hijos.
Gracias a Dios que todo eso quedó en el pasado. Ahora muchas mujeres se educan, sienten su profesión y trabajan.
Afortunadamente, también la mujer puede tomar la decisión que quiera acerca de su vida. Si quieren dedicarse a ser ama de casa, no es malo. o ser una profesional, también.
En algunos ámbitos, a estas mujeres liberadas, se las conoce como: “Modernas”, ellas no dependen del hombre, son capaces de llevar adelante su vida sin casarse. Ellas, tienen una relación, pero sin descuidar su entorno. Salen con amigas, van de compras, disfrutan de momentos a solas, y saben cómo armar sus propios planes.
Además, de su vida como profesionales, ellas como “Modernas” son ambiciosas y saben que para tener un buen futuro solo depende de ellas mismas. Son profesionales dedicadas, que han estudiado para prepararse y disfrutar de su trabajo.
También, en algunas mujeres modernas o millennial, como se llaman ahora, y ser como tal, esto no quiere decir que, si tiene una relación, la descuide o que no pueda formar una familia al mismo tiempo, si se quiere siempre se podrá.
Con todo esto, las cuestiones importantes en la pareja se deciden entre los dos, y la mujer es capaz de hacer valer lo que piensa y lo que siente, sin ser juzgada. Y así vivirán tranquilos,felices y respetándose mutuamente.