¿Eres espiritual?

Casi todas las personas aspiran a ser más espirituales, y es así como conocen los beneficios de conectarse con esa dimensión intangible, que les ofrece la posibilidad de vivir con serenidad e integridad, y de disfrutar del presente, sabiendo que el ser humano trasciende lo material y está vinculado a todo, a través del alma.

Sin embargo, muchos que viven atrapados en el “corre-corre” del trabajo, y de la vida cotidiana y desperdician así, la oportunidad de lograr un momento genuino de conexión con uno mismo. Momentos que, en muchas ocasiones, esquivamos dejando eternamente postergado u olvidado en medio de las obligaciones de la vida diaria y no tienen tiempo para nutrir y desarrollar este aspecto de la vida.

Si es así, aclaro, que la persona que cree que solo hay un momento específico para ser espiritual, cuando va a la iglesia, medita o reza el rosario, está viendo esta importante capacidad humana desde una perspectiva limitada.

Para mi punto de vista, ser espiritual es alimentar al corazón solo de cosas bellas, bonitas, y que alimenten el alma, con bellos sentimientos, como, un abrazo, una caricia, un beso, un te quiero, o un gesto claro de amor. La realidad es que somos espirituales en todo momento; cuando meditamos y cuando esperamos en la fila de las tiendas; cuando rezamos antes de dormir, hasta cuando conducimos el auto, etc. Es una cuestión de grado y de atención. En algunas ocasiones estas más conectado y atento a esta capacidad que en otras. En otras no, porque puedes sentir disgusto con la humanidad, cuando no te sientes contenta-o, y lanzas un furioso insulto cuando un chofer agresivo embiste tu carro en la carretera, o te den un pisotón en el súper o simplemente en ese día amaneciste de mal humor.

Con Todo esto, puedes hacer un esfuerzo consciente por mantenerte conectada-o, a tu lado espiritual en todo momento, y recibir el regalo de paz y serenidad que este te ofrece. Por supuesto, nadie lo consigue del todo. A fin de cuentas, somos humanos, y vivimos en un mundo material, con sus miles de problemas y exigencias que a veces nos sacan de quicio.
Es por eso que algunos nos recuerdan que, en el plano espiritual, no es un sitio al que llegamos para siempre; es un camino que recorremos día a día, unos con más éxito que otros. Lo importante es saber que ese plano siempre estará a nuestro alcance, y que podemos conectarnos a él para hallar el balance, la armonía y la paz que necesitamos para vivir plenamente.

En este sentido, la espiritualidad muchas veces es concebida como un estado muy difícil o tedioso de lograr, que forma parte de un mundo etéreo y distante, y por tanto carente de sentido pragmático para la vida moderna.

En mi caso personal pensaba que, para ser espiritual, necesitaba contar con una serie de requerimientos, tales como: vestir de una determinada manera, ser siempre suave y sonriente, tener una familia perfectamente constituida, meditar o hacer yoga por largas horas y vivir lo más alejado posible de la gran ciudad y de sus problemas.
Entonces, ¿cómo puedo ser espiritual y a la vez llevar mi vida tal cual es?
No creo que exista una respuesta única a esta pregunta. Pero si es cierto, y, en primer lugar, no es necesario cambiar nada de nuestra vida actual. Los cambios por lo general llegan solos.

Nadie puede señalarte el camino, este es algo personal y único que solo puedes recorrerlo tú. Pero puedes seguir ciertas prácticas que te hagan más receptiva-o y sensible al mundo spiritual. Te diría, que te conectes con el presente. Da gracias por todas las bendiciones, reza o medita, disfruta de la naturaleza que Dios nos dio, actúa con pasión, ríe con ganas, no le hagas daño a nadie y se feliz.

Para terminar, te diría, que para ser espiritual no es necesario estar metido en una iglesia ni darte golpes de pecho; simplemente invoca al señor en donde te encuentres, en tu casa, en el trabajo, en el súper, en fin, cualquier sitio es propicio.

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