AMLO Y la prensa

Muy grave el problema que estamos viviendo actualmente en contra de la prensa mexicana, y lo más preocupante es que esta situación que ya es violenta, la encabeza Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. Además de la crisis en la información que él procura con sus “otros datos”, ahora se ve afectada la integridad y vida de los periodistas.
La exhibición de los presuntos ingresos del periodista Loret de Mola por parte de AMLO, no solo refleja la molestia y berrinche tan grande que tiene sobre él, sino el abuso de poder que realiza como presidente y que confirma el peligro en que todos vivimos. Si esto hace con un ciudadano, claramente violando la ley, quiere decir entonces que lo puede hacer con todos. Está en riesgo la vida de los ciudadanos, la libertad de expresión y la democracia en México.
Andrés Manuel violó el secreto fiscal que exige a los funcionarios a guardar secrecía sobre información de los contribuyentes; violó los artículos 69, 111, 114-A y 114-B, del Código Fiscal de la Federación y el artículo 16 de la Constitución que garantiza que toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales.
Más que atacar a la prensa, podría haber reaccionado tranquilamente y publicar la información que demuestre que su hijo José Ramón López Beltrán no participó en tráfico de influencias ni hay conflicto de intereses por haber habitado una casa de lujo ligada a directivos de Baker Hughes, proveedor de PEMEX, y trabajar en una empresa de Daniel Chávez, asesor del Tren Maya. Pero en lugar esto, expresó su furia contra Loret y contra la prensa incluso internacional.
Minimizó las reacciones de protesta que surgieron al señalar que “no fueron muchos…son conservadores y golpistas (los participantes) …cómo no dar a conocer esta información si este señor (Loret) se dedica a golpear…no solo al gobierno…sino al proyecto de la cuarta transformación… no es conmigo, obviamente, tampoco son mis hijos”, expresó.
Siguió justificando sus ataques al señalar “…sí son periodistas, nada más que golpeadores, mercenarios, vendidos, alquilados…todos son Loret”.
Todo esto se integra al expediente de los 28 periodistas asesinados en México de diciembre del 2018 a la fecha, que según la organización Artículo 19, lo que convierte a la primera mitad de la administración de Andrés Manuel López Obrador, en la más cruenta en las últimas dos décadas.
En febrero fueron asesinados cinco profesionales del periodismo, José Luis Gamboa, en Veracruz; Margarito Martínez Esquivel, en Tijuana; en esa misma ciudad Lourdes Maldonado; Roberto Toledo de Michoacán y Heber López de Oaxaca. Además, se tiene el registro de 362 agresiones en el primer semestre del año pasado y según el análisis de Artículo 19, más de la mitad, 193, tienen que ver por cobertura de temas de corrupción y política.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y las Embajadas de Estados Unidos y Canadá en México condenaron la violencia contra periodistas. “La violencia contra los periodistas es inaceptable. Su contribución es esencial para salvaguardar democracias transparentes y abiertas” expresó la Embajada de Canadá a través de Twitter.
Los periodistas además de transmitir la información que necesitamos como sociedad, también cumplen una función de denuncia al señalar lo que no es correcto, lo que tiene relación con temas como corrupción, violencia y otros aspectos que incomodan a los líderes políticos o a quienes ocupan posiciones de poder.
Andrés Manuel acusa a la prensa de ser partidaria de los neoliberales y manejar la información a su conveniencia. Cuando los otros datos, los de la prensa, le incomodan porque lo ponen en evidencia a él y a su familia o a su discurso inconsistente contra la corrupción y austeridad, expresa su encono.
AMLO podrá intimidar a muchos periodistas, pero lo cierto es que la prensa informal, es decir, la que se ejerce a través de las redes sociales no se podrá detener. La muestra es la convocatoria del organismo Sociedad Civil México a través de Twitter a un foro de audio en vivo; participaron más 60 mil personas y en la reproducción al día siguiente, se rompió el récord mundial como el espacio más escuchado al acumular más de un millón de registros. En este ejercicio participaron académicos, periodistas, políticos y ciudadanos en general. Todos coincidieron en el abuso de poder del presidente y el rechazo a la exhibición de datos personales.
Una prensa sumisa es el peor enemigo que puede tener un país. Los ataques a la libertad de expresión aniquilan toda esperanza y espíritu de lucha.
Andrés Manuel sigue evidenciando problemas de juicio, falta de control y enojo contra la vida. Si no respeta la ley, ¿qué podemos esperar? No parece tener límites.

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