Tormenta política en Francia por la ofensiva de Macron a los no vacunados

JOHN THYS (PISCINA/AFP)

Macron, que no se ha proclamado todavía candidato, aunque sí ha avanzado que le apetece, admitió en diciembre que algunas de sus declaraciones en este mandato habían herido a los franceses y decía haber aprendido la lección.

Una sola frase ha bastado para crispar el ya tenso debate en Francia sobre el pasaporte de vacunación: las ganas del presidente, Emmanuel Macron, de “fastidiar” o “joder” a los no vacunados, según las distintas acepciones del verbo “emmerder”, que la oposición considera indigno de un mandatario.

Su frase en el diario Le Parisien dejaba clara su intención de hacerle la vida imposible a quienes están todavía sin inmunizar, unos cinco millones en todo el país, que con la aprobación de ese pasaporte verán vetada su entrada a bares, restaurantes y lugares de ocio.

“Yo no estoy para cabrear a los franceses. Echo pestes todo el día contra la Administración cuando los bloquea. Pues bien, a los no vacunados tengo muchas ganas de fastidiarlos. Y lo vamos a seguir haciendo hasta el final”, dijo en ese periódico, que adelantó por la noche la entrevista en su web y la publica en papel hoy.

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