Desde el inicio del conflicto entre el ejército de Sudán y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) el 15 de abril, al menos 850 personas han muerto y más de 5.500 han resultado heridas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se han reportado ataques a 45 instalaciones médicas, incluyendo hospitales y medios de transporte de emergencia.
Estos ataques han dejado ocho muertos y 18 heridos. Además, se han denunciado ataques militares y la ocupación de hospitales y almacenes de medicamentos.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que solo el 20% de las instalaciones sanitarias en la capital, Jartum, siguen funcionando.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advierte que muchas de las víctimas podrían ser menores de edad.