Desde inicios de años, el ataque más mortífero golpeó el campamento de desplazados de la ciudad de Dedebit, el 7 de enero, dejando un saldo de decenas de muertos y heridos.
Al menos 108 civiles fallecieron desde principios de enero en ataques aéreos que habrían sido efectuadas por la fuerza aérea etíope en la región de Tigré, según comunicó la ONU, que se pronunció frente a posibles crímenes de guerra.
“Estamos alarmados por las múltiples informaciones profundamente perturbadoras que continuamos recibiendo en lo concerniente a las víctimas civiles y la destrucción de bienes civiles como resultado de ataques aéreos en la región de Tigré, en Etiopía”, declaró una vocera del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Elizabeth Throssell.
“Al menos 108 civiles murieron y 75 resultaron heridos desde el comienzo del año, por ataques aéreos que habrían llevado a cabo las fuerzas aéreas etíopes” en esta región, indicó la portavoz en una conferencia de prensa habitual de las agencias de la ONU.