Rusia lanzó más de veinte drones kamikaze Shahed de fabricación iraní contra Kiev, los cuales fueron interceptados por las defensas antiaéreas ucranianas.
El ataque causó destrozos en varios edificios y vehículos, resultando en la muerte de una mujer de 33 años y once personas heridas en el distrito de Holosiivskyi.
Los residentes se refugiaron en estaciones de metro ante la llegada inminente de los drones y misiles.
Desde finales de abril, Rusia ha aumentado la intensidad y frecuencia de los ataques sobre la capital ucraniana.
El ataque de la noche anterior fue especialmente fuerte, generando una serie de explosiones.
Las autoridades recopilan información para compensar a los afectados y documentar los crímenes de guerra rusos.
El alcalde de Kiev, Vitalii Klychko, hizo un llamado a los ciudadanos para que tomen en serio las alarmas y eviten exponerse al peligro.
Mientras tanto, los residentes afectados completan trámites administrativos y observan los daños en sus edificios.