La junta militar nigerina que dirigió este miércoles el golpe de Estado contra el presidente Mohamed Bazoum, aliado estratégico de Francia, se mostró favorable a cooperar con sus vecinos Mali y Burkina Faso, gobernados ya por juntas golpistas y que han ido reforzando sus lazos con Rusia.
El gobierno depuesto de Níger, uno de los países más pobres de África, era el principal socio de Francia en la inestable región del Sahel y mantenía una prudente distancia con Mali y Burkina Faso, abiertamente antifranceses desde los golpes de Estado que sufrieron en 2021 y 2022.
El país galo tiene desplegados en territorio nigerino 1.500 militares e importantes intereses económicos de extracción de uranio, una situación que podría cambiar de ahora en adelante.
DISTANCIAMIENTO CON FRANCIA
Este jueves, la junta golpista -organizada en el Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CLSP)-acusó a Francia en un comunicado del aterrizaje de un avión militar en el aeropuerto internacional de Niamey, a pesar del cierre de fronteras decretado la noche anterior por los militares.
La junta emitió al día siguiente otro comunicado, de tono más duro, en el que advertía contra “toda intervención extranjera militar” en colaboración con “algunos exdignatarios refugiados en cancillerías”, sin dar más detalles. Las redes sociales apuntaban la presencia de militares franceses en la capital nigerina Niamey.