Las fuerzas militares de Israel comenzaron este martes a retirarse de la ciudad cisjordana de Yenín, dando aparentemente por concluida una operación que arrancó el lunes y que dejó hasta el momento al menos doce palestinos muertos y más de un centenar de heridos.
El inicio de este repliegue, confirmado por fuentes militares a Europa Press, tuvo lugar apenas unas horas después de que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se desplazase hasta un puesto de control cercano a Yenín para justificar la necesidad de «completar la misión» en la zona con el objetivo de «erradicar el terrorismo» de las milicias palestinas.
Netanyahu había avisado de que las Fuerzas Armadas seguirían «mientras fuese necesario». «No permitiremos que Yenín vuelva a ser un bastión del terrorismo», señaló el primer ministro, quien defendió la importancia de este tipo de ofensivas frente a atentados como el ocurrido en Tel Aviv, donde ha tenido lugar un nuevo atropello.
«Quien se piense que este ataque nos impedirá seguir combatiendo el terrorismo se equivoca. No conocen el espíritu de Israel, de su Gobierno, de sus ciudadanos, de sus combatientes«, subrayó, según el diario ‘Times of Israel’.
Por su parte, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, indicó que Yenín se había convertido «en los últimos dos años» en una «factoría de terrorismo», acabada ahora «en dos días». En este sentido, dio por eliminado el proceso de fabricación de armas, con la destrucción de «decenas» de laboratorios y la incautación de «miles de bombas».