El jueves pasado, las manifestaciones en Francia contra la reforma de las pensiones se tornaron violentas dando como resultado la detención de 457 personas y 441 agentes heridos.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, declaró que la extrema izquierda fue responsable de la violencia que ocurrió al margen de las marchas organizadas por los sindicatos contra la reforma del Gobierno. A pesar de que los sindicatos han denunciado la violencia, no toda la oposición lo ha hecho.
Darmanin defendió la acción de los 12.000 policías y gendarmes movilizados, y reconoció que protegieron a los manifestantes convocados por los sindicatos en más de 300 desfiles en todo el país, donde hubo alrededor de un millón de manifestantes según las cifras del ministro.
No obstante, el alto funcionario señaló que “esta movilización importante va de la mano de la radicalización de una pequeña parte”, en particular de la extrema izquierda, que se hizo notar en París y en otras ciudades con graves altercados.
En París, 1.500 vándalos atacaron a los agentes con cócteles molotov, adoquines y barras de hierro. Además, se contabilizaron 903 incendios de mobiliario urbano y contenedores.
Darmanin dijo que el presidente, Emmanuel Macron, y la primera ministra, Élisabeth Borne, están ‘inquietos’ por los manifestantes que pudieron protestar en ‘buenas condiciones’, y por la radicalización de un reducido número.
El ministro afirmó que no cree que deba retirarse el texto de la reforma de las pensiones por la violencia, ya que la República no existiría si se hiciera eso.