El empobrecido país del sudeste asiático es el número 12 mundial en matrimonios de menores, según el grupo británico Plan International. Prácticas culturales de larga data y la desigualdad de género dificultan el cambio.
El matrimonio infantil se volvió ilegal este jueves en Filipinas, al entrar en vigor una ley que prohíbe esa práctica en un país donde una de cada seis niñas se casa antes de los 18 años.
La ley, firmada por el presidente Rodrigo Duterte y dada a conocer hoy, establece penas de prisión de hasta 12 años para adultos que se casan o cohabitan con un menor de 18 años.
La misma pena se aplica para quienes arreglan o formalizan uniones con menores.
“El Estado ve el matrimonio infantil como una práctica que constituye un abuso de menores porque corrompe, degrada y menosprecia el valor intrínseco y la dignidad de los niños”, señala la ley.
Según el gobierno, la ley es consistente con las convenciones internacionales sobre los derechos de las mujeres y los niños.