Uno de los aspectos que más preocupan a las autoridades españolas en esta fase de la erupción es la emisión de gases y la posible afección a la población.
Los científicos que vigilan el volcán que lleva casi dos meses en erupción en la isla canaria de La Palma detectaron un cambio apreciable en la erupción, con un aumento notable de la sismicidad a profundidades intermedias y una alta emisión de ceniza.
Esas emisiones, unidas al comportamiento del viento en la zona, puede dificultar el tráfico aéreo en la isla a partir de mañana.
La portavoz científica del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), que coordina las actuaciones relacionadas con la erupción, María José Blanco, explicó que también en las últimas 24 horas el tremor ha incrementado su amplitud y ha alcanzado un nivel medio.
La emisión de dióxido de azufre ha provocado niveles de gases “muy tóxicos” en algunas zonas.