El Papa Francisco denunció en su discurso en Hungría el ocaso del sueño de la paz en Europa, mientras triunfan “los solistas de la guerra”; además, interrogó a los Estados europeos si están haciendo suficientes esfuerzos para crear la paz, especialmente en Ucrania.
El Papa criticó la pérdida de la pasión por la política comunitaria y por la multilateralidad en Europa, y denunció el aumento del nacionalismo y la exasperación hacia los demás.
También destacó que Europa, gracias a su historia, representa la memoria de la humanidad y está llamada a unir a los alejados y acoger a los pueblos en su seno.
El Papa instó a una Europa que no sea rehén de las partes y que tenga en cuenta la vida de los pueblos.
Concluyó su discurso haciendo un llamado a la armonía y al conjunto que no aplasta las partes que se sientan integradas en su conjunto.