Boris Johnson se aferra a Irlanda del Norte y la inmigración para superar su crisis

TOLGA AKMEN (AFP)

El primer ministro británico, Boris Johnson, recurrirá esta semana a dos asuntos muy polarizantes, el Protocolo de Irlanda del Norte y la llegada de inmigrantes en patera, para pasar página de la rebelión de sus propios diputados que casi le cuesta el cargo.

En política una semana equivale a un año de vida. No han pasado ni siete días desde que, el pasado lunes, un 41 % de sus compañeros conservadores en el Parlamento votaron por sacar a Johnson de Downing Street, lo que dejó al primer ministro malherido.

Tras su victoria pírrica, el Ejecutivo trata de recuperar la iniciativa al poner el foco en dos cuestiones –Irlanda del Norte y la inmigración- que dividen al país pero cohesionan a sus votantes conservadores.

Además, obligan a los diputados rebeldes que votaron frente a Johnson a posicionarse y cerrar filas con el Gobierno.

El Ejecutivo llevará este lunes a la Cámara de los Comunes (baja) la legislación que permitiría anular de manera unilateral partes del Protocolo para Irlanda del Norte acordado con la Unión Europea como parte del Brexit.

Junto al proyecto de ley se publicará la opinión jurídica de sus asesores que, a juicio de Downing Street, confirma la legalidad de su acción.

El ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, reiteró en una entrevista en el canal “Sky News” que la ruptura unilateral de partes del protocolo no supondría una violación del derecho internacional.

“La legislación aporta claridad. Queremos arreglar los problemas causados por el protocolo. Hemos visto una falta de flexibilidad en la Unión Europea, lo que propone Bruselas nos haría retroceder”, señaló Lewis.

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